Hace unos días comentábamos en este blog los riesgos que tienen las
pymes de ser objetivo de los cibercriminales. Como decíamos no hacer falta ser el propietario del secreto de la Coca-Cola para sufrir un robo de datos o un ataque cibernético. Más allá de la de cada empresa para blindarse ante estos problemas, los estudios de Instituto Forrester han detectado que hay una demanda creciente de los consumidores por preservar la seguridad de sus datos personales. En otras palabras, que si una compañía no es capaz de construirse una credibilidad suficiente en materia de seguridad informática es probable que en un futuro no muy lejano tenga problemas con su clientela o simplemente no tenga clientela. La advertencia que lanzan desde Forrester no es nimia. El artículo, firmado por
Thomas Husson, se titula "Construir confianza o morir". En él, dedica buena parte de su contenido a alertar de creciente interés de los usurarios que compran a través del móvil de mantener bajo control sus datos y su privacidad, pero también hace referencia a un tema que resultará crucial para las pymes: los cambios legales que va a implicar esta tendencia. No está demás pararse a pensar en esta advertencia y empezar a actuar. Esperar a que una ley exija acción puede ser demasiado tarde puesto que en ese tiempo la confianza de los consumidores puede haber desaparecido y el negocio también. "Es fundamental para las marcas y vendedores, en los ecosistemas de datos y marketing, para evolucionar sus prácticas de negocios, y para construir la confianza", advierte Husson. Es decir, liga la supervivencia de las marcas a su capacidad de generar confianza. Un reto en el que toda empresa que tenga proyecto a futuro debería comenzar a trabajar desde ahora mismo. Eso no quiere decir que tenga que desembolsar ingentes cantidades de dinero para blindarse ante hackers, simplemente actuar con ética y transparencia en los procesos de gestión de datos y en sus estrategias de gestión del denominado
big data, del que también hemos escrito en Asesoresdepymes. Los expertos en marketing y los analistas informáticos han consensuado algunas de las claves para construir esa necesaria confianza cuando se trata de gestionar datos en internet. Para ello, hay que explicar con exactitud el motivo por el que la empresa solicita los datos, sobre todo cuando se exige a los clientes una identificación personal. Identificar la tecnología y los pasos que está adoptando la compañía para evitar ataques de hackers. Todo el mundo sabe que la seguridad máxima es un imposible. Pero que una empresa esté tomando medidas genera confianza ante sus procesos y es un elemento distintivo frente a otras que no lo hacen o que no comunican que lo hacen. Explicar el destino de los datos, y la gestión de big data que se hace con ellos. ¿Qué van a hacer con mi dirección personal? ¿Enviarme publicidad? ¿De qué? ¿Se van a vender esos datos a otras empresas? ¿Para qué? Si todo esto queda clarificado, la decisión de ceder datos no generará tantas reticencias como ocurre ahora. Finalmente, un tema clave son los incentivos. ¿Qué gano yo con esto? El consumidor es cada vez más consciente de que sus datos son valiosos y por lo tanto busca el mejor postor para ellos. Es muy útil explicarles que los datos que suministran ayudan a categorizar mejor el servicio que se les presta. De esa forma solo van a recibir aquella información sobre los productos o servicios que realmente les son interesantes. Es
el poder del big data lo que hay que transmitir también a los clientes. Con toda esta información al alcance de los clientes, al menos, nos aseguramos la transparencia en nuestra forma de actuar. A la larga, sin duda repercutirá en la necesaria credibilidad de la marca.