17 ene 2024

Cómo leer correctamente la cuenta de resultados de tu pyme

Conocer la rentabilidad de la empresa, medir el límite máximo de sus costes o evaluar los ingresos reales son algunos de los elementos clave que se pueden leer analizando adecuadamente la cuenta de resultados. En general, la contabilidad puede aportar información de gran valor a los gestores de una organización para la toma de decisiones estratégicas.

Carlos Sánchez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce

 

Muchos emprendedores desatienden la contabilidad de sus negocios porque es una materia que desconocen o que, sencillamente, no les gusta. Por ello, terminan delegándola en un gestor, limitándose a estar al tanto de que todo marcha bien para evitar sanciones con la Administración. Sin embargo, la contabilidad aporta información que puede ser de gran valor para la propia gestión operativa de la organización y, dentro de ella, cabe destacar lo que se puede extraer del análisis de la cuenta de resultados, también denominada como la cuenta de pérdidas y ganancias de una entidad.

Calcular el valor real de un negocio

La cuenta de resultados es algo semejante a la fotografía de una empresa. Para un momento dado, sirve para conocer la marcha del negocio, su situación financiera y operativa real y, en virtud de las conclusiones que se obtengan, tomar decisiones estratégicas y operativas sobre el manejo de la entidad. Por ejemplo, a través de ella será posible identificar y cuantificar los gastos más relevantes, de modo que se puedan ajustar aquellos que sean susceptibles de una revisión para mejorar la competitividad de toda la estructura.

Otro aspecto fundamental que revela la cuenta de resultados es la diferencia real entre los ingresos y los gastos, lo que permitirá concretar el beneficio operativo. De hecho, si se es capaz, llegado el caso, de eliminar o reducir ciertos gastos innecesarios y se incrementa la rentabilidad de la entidad, lo más probable es que la valoración del negocio sea mayor. Esto es algo clave de cara a los inversores, que estiman si les conviene o no entrar como socios habida cuenta de las perspectivas financieras de la firma, así como para los bancos, que a través del resultado de la cuenta de pérdidas y ganancias determinan la capacidad de endeudamiento de la empresa y, con este dato, favorecen la apertura de una línea de crédito o la concesión de un préstamo.

Elementos más relevantes

Para que una cuenta de resultados sea en verdad útil debe recoger la información contable de todas las áreas de la compañía, así como de sus líneas de negocio. A partir de que esté incorporado el mayor número de datos financieros posible, se podrán analizar algunas de las principales magnitudes que aparecen como, por ejemplo:

  • Ebitda, que es el beneficio de la compañía antes de restar las amortizaciones. De este modo, es posible saber el beneficio que genera la organización sólo a través de su actividad productiva.
  • Resultado de explotación, que se haya restando a los ingresos los gastos de explotación junto a las amortizaciones. A partir de ahí, se recoge el resultado que genera la actividad habitual del negocio. No hay que confundir el resultado de explotación con el resultado financiero, que recoge los gastos e ingresos financieros de la empresa durante el ejercicio, como pueden ser los obtenidos por los dividendos de acciones, por las divisas que tenga la entidad o como consecuencia de los intereses de los préstamos que están activos.
  • Resultado neto, que se obtiene restando del total de los ingresos todos los gastos junto a los impuestos y las amortizaciones. También tiene en cuenta aquellos gastos e ingresos que no tienen relación directa con la actividad habitual de la empresa (como la compra o la venta de un inmueble) aunque estos se recogen también dentro de la partida correspondiente al resultado extraordinario.

Además de confirmar si la empresa es rentable o no, uno de los datos fundamentales que aporta el análisis de la cuenta de resultados es hasta qué punto puede la entidad soportar un límite máximo de gastos y seguir ofreciendo beneficios. Este es un elemento clave para que los gestores puedan decidir en un momento dado realizar inversiones para soportar un crecimiento o decidir, en el caso contrario, prescindir de activos de la compañía, como activos inmobiliarios o capital humano.

Habitualmente, los resultados de la cuenta de pérdidas y ganancias se comparan con otra serie de ratios financieros, como el ratio de endeudamiento o el periodo medio de maduración, de manera que se constate contablemente la situación de la organización, de cara a garantizar su sostenibilidad a futuro. En cualquier caso, aunque se posean nociones sobre contabilidad, siempre es una buena idea recurrir al asesoramiento contable del CFO o del director financiero para obtener conclusiones y evidencias más objetivas.

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