Peligroso desconocimiento de normativas beneficiosas para las pymes

Alex Ordóñez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce

En los últimos tiempos el Gobierno ha impulsado dos normativas que tienen a las pymes en el centro de sus objetivos finales. Una de ellas es la Ley Antifraude que está dirigida principalmente a que las empresas combatan y prevengan el fraude fiscal. La otra normativa es la Ley Crea y Crece. A diferencia de la anterior,  se enfoca en la creación y crecimiento de empresas mediante la digitalización y la facturación electrónica.

Pese a su importancia, un reciente estudio de la consultora Aitana refleja el importante grado de desconocimiento que en la pequeña y mediana empresa existe al respecto de estas dos importantes regulaciones. Así, prácticamente la mitad de este tipo de negocios (concretamente el 49%) ni siquiera ha oído hablar de estas leyes. Un desconocimiento que convierte en más que comprensible que el 84% de las pymes aún no haya implementado en su gestión diario los dictados que incluye tanto la Ley Antifraude como la denominada Crea y Crece.  

Ello pese a que en la normativa Crea y Crece se incluye que el próximo año las pymes, y también los autónomos, deberán que emitir las facturas por vía electrónica siempre y cuando ingresen menos de 6 millones de euros anuales. Es decir, que la práctica totalidad de las micropymes y los trabajadores por cuenta propia tendrán que funcionar con los pagos electrónicos.

Todo lo anterior refleja que no será fácil que los ámbitos empresariales a los que afecta la normativa sean capaces de cumplirla cuando sea el momento de su entrada en vigor. Máxime si se tiene en cuenta que en la actualidad siete de cada diez autónomos casi 5 de cada diez empresas con menos de diez trabajadores sigue operando con facturas manuales.

Pero incumplir la norma no solo supone un problema para las empresas desde el punto de vista de exponerlas a sanciones. También  es negativo por las importantes ventajas que dejan de recibir al ignorar medidas como la facturación electrónica.

Sirva como ejemplo que según un reciente informe los autónomos pierden cada año más de 3.500 millones en los procesos de pagos por método manual. Una cifra que si se tiene en cuenta el tiempo y la dedicación que se necesita para este tipo de trabajos rutinarios, que bien se podrían aprovechar en otras labores más rentables para el negocio, no resulta exagerada.  

Y es que la burocracia, tanto la oficial como la autoimpuesta por las propias empresas al no aprovechar la facturación electrónica, supone siempre uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las pymes en su gestión diaria. De hecho, el coste de tener a una persona encargada de la emisión y recepción de facturas, que es lo habitual en el 75% de las micropymes, es muy elevado.

La Ley Crea y Crece

En el caso concreto de esta medida, casi la mitad de las pymes considera que les supondrá un gran esfuerzo integrarla en su negocio, mientras que la otra mitad estima que no será demasiado complicado. Pero independientemente de lo que realmente ocurra en cada caso, la Ley Crea y Crece debería formar parte del día a día de estas firmas el próximo año. No solo por las multas, como ya se ha comentado antes, sino porque la incorporación de la iniciativa más conocida de esta ley, la facturación electrónica, tiene una ventaja clave para los negocios: acorta el tiempo a la hora de recibir el pago por trabajos ya realizados.

Esto será así porque dicha ley obliga a las grandes empresas y a la propia administración, a pagar a sus proveedores en el plazo legal establecido actualmente, fijado en los  60 días desde la finalización del encargo. De lo contrario, dicha firma será sancionada.

La morosidad en los pagos es también uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las pymes. Pero no solo a escala española, como demuestra que la UE también estudie cambios en la legislación comunitaria para agilizar dichos pagos, que incluso podrían llevar a reducir aún más el tiempo legal estipulado para llevarlos a cabo.

Es más que evidente que en este contexto, la facturación electrónica juega un papel primordial ya que agilizará los procesos y permitiría a unos y a otros cumplir la ley. Asimismo, supone un adecuado impulso en la necesaria transformación digital de las pymes.

Ley Antifraude

En este caso, adaptarse a esta normativa que impide la existencia de pagos en A y en B solo situará a las empresas en buena posición para evitar las sanciones correspondientes por fraude fiscal. Por tanto, debe ser también de obligado cumplimiento para los negocios a partir del próximo año.

A la vista está que el desconocimiento que las pymes presentan en la actualidad al respecto de estas dos importantes medidas debe ser calificado como peligroso. Urge, por ello, que tanto la Ley Crea y Crece como la Ley Antifraude empiecen a integrarse en las compañías. Al menos que aún prácticamente un año para que entren en vigor. Tiempo que debería bastar para que las pymes eviten las multas aparejadas a las nuevas normativas y aprovechen los beneficios implícitos en estas medidas.