10 jun 2024
El riesgo de tener una economía monocultivo y que ahora puede sufrir Dinamarca
Holanda por dos veces y Finlandia son claros ejemplos de países que encontraron en una sola industria, e incluso una empresa, su gallina de los huevos de oro. El problema es que al enfocarse el esfuerzo económico hacia un solo ámbito de actividad, se descuidó al resto de sectores dando lugar a graves crisis económicas.
Alex Ordóñez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
Una de las empresas de moda en estos momentos en los mercados es la farmacéutica danesa Novo Nordisk. No en vano, dicha compañía presenta una capitalización bursátil superior a los 550.000 millones, lo que la sitúa entre las quince empresas más grandes del mundo por valor en bolsa, y la primera de Europa con mucha diferencia. La razón del triunfo de esta firma ha sido el éxito de dos de sus fármacos para tratar la obesidad. Se trata en concreto de Ozempic y Wegovy. Curiosamente solo el segundo es una terapia destinada a perder peso, ya que el primer medicamento está indicado con pacientes diabéticos, lo que ocurre es que se descubrió que también servía contra la obesidad, lo que disparó sus ventas entre millones personas que, evidentemente, no tenían problemas con el azúcar.
Sea como sea el caso es que Novo Nordisk se ha convertido en la gallina de los huevos de oro de Dinamarca. Tanto es así que el valor de esta empresa en los mercados supera con creces el PIB danés situado en menos de 375.000 millones. Por si fuera poco, el éxito de la farmacéutica ha llevado al gobierno danés, y a otros organismos internacionales, a elevar las previsiones de crecimiento del país, situada ahora en el 2,7% cuando hace pocos meses eran de prácticamente la mitad. En cuanto a las exportaciones la demanda internacional de los medicamentos de Novo Nordisk elevan la estimación de crecimiento hasta superar el 7% , tres puntos más que en la previsión previa. Por último esta firma cuenta ya con cerca de 30.000 empleos en Dinamarca.
Todos estos datos evidencian el impacto positivo que esta farmacéutica está teniendo en la economía de este país nórdico y el elevado peso que la industria farmacéutica tiene en su economía. No obstante, estas buenas cifras también pueden suponer un riesgo para este pequeño Estado de la UE. Ello debido a que la dependencia de un sector o incluso de una empresa en concreto puede terminar pasando factura al crecimiento futuro de un país.
La historia está repleto de ejemplos en este sentido. Pero en estas líneas vamos a destacar los casos más llamativos.
Países Bajos, triste protagonista por partida doble
Por desgracia para los holandeses este país ha protagonizado en dos ocasiones situaciones en la que erró al centrar demasiado sus esfuerzos económicos en un solo área de actividad. Sucedió en el siglo XVII cuando el boom por el tulipán generó la primera gran burbuja especulativa de la historia. No en vano, en el momento de apogeo de esta planta se llegaba a pagar una casa en la ciudad de Amsterdam con un solo bulbo de tulipán. Cuando la burbuja explotó las consecuencias para el país fueron desastrosas. Ya en el siglo XX, en concreto en la década de los años 60, el descubrimiento de un yacimiento de gas natural en Slochteren, al norte del país, disparó los ingresos en divisas de Países Bajos. Esto generó la apreciación del florín (la moneda de Holanda por aquel entonces) lo que perjudicó al resto de sectores, provocando un maremoto en la economía. Un golpe del que el país tardó en recuperarse porque, además, centró sus esfuerzos de inversión en el boyante descubrimiento de gas natural, descuidando el resto de áreas de la economía.
Finlandia y el golpe de Nokia
En los años 90 del pasado siglo, a Finlandia le pasaba lo que le ocurre ahora a Dinamarca. Una empresa por sí misma era capaz de levantar la economía y el empleo del país. Se trataba de Nokia, cuyos móviles arrasaron en el mundo en la recta final del siglo XX. El problema es que la compañía se quedó rezagada con la tecnología táctil y cedió su posición de privilegio a Apple. Esto originó un golpe para economía finlandesa del que también tardó en recuperarse.
Noruega no cayó en la trampa
Históricamente Noruega siempre fue visto como el primo pobre de los países escandinavos (Suecia, Dinamarca y la propia Noruega). Pero todo cambió tras descubrirse unas enormes reservas de petróleo en el Mar del Norte a mediados del pasado siglo. Desde entonces, Noruega ha prosperado hasta convertirse en una de las economías más solventes y en uno de los países donde mejor se vive según diversos índices internacionales. Ello gracias al petróleo, pero tambián al buen hacer de los propios gobernantes noruegos que no se dejaron cegar por el oro negro y aprovecharon (y siguen aprovechando) los suculentos ingresos que genera el crudo para dar forma a una economía diversificada, que es la envidia de muchos en la actualidad, especialmente de sus vecinos que siempre minusvaloraban a los noruegos.
Noruega supone, por tanto, la excepción a un regla no escrita que debe tenerse en cuenta siempre que aparece un importante hecho imprevisto. Es evidente que contar ahora con una Novo Nordisk o con petróleo o gas es como si a un país le tocara la Lotería. Pero se debe extremar la cautela para que ese Premio Gordo no acabe convirtiéndose en una pesadilla debido a la mala gestión de las políticas económicas al centrarlas en exceso en solo un sector o industria. Holanda por dos veces y Finlandia son claros ejemplos de los problemas que supuso para su PIB y crecimiento tener una gallina de los huevos de oro. Pero todo tiene un fin y cuando eso ocurre, un país debe estar preparado para seguir creciendo con lo que tenía antes.
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