Cómo proteger de manera efectiva la identidad digital de una pyme

En el plano físico, cada persona y cada empresa poseemos una entidad propia y única. Algo que no ocurre en el mundo digital, debido a que nos registramos en multitud de plataformas, páginas web, redes sociales o foros, cediendo datos que son sensibles y que, aunque puede que no se le den el valor adecuado en un momento dado es posible que lleguen a comprometer de alguna manera en el futuro. El problema viene, en el caso de las compañías, cuando se desea eliminar alguna información vertida en el pasado por cuestiones como un cambio de rumbo en los objetivos de comunicación o porque ha cambiado el equipo directivo y ha variado el plan estratégico de la entidad. En este tipo de situaciones, puede resultar un verdadero reto borrar la huella digital que, con frecuencia, se encuentra fragmentada en diferentes bases de datos no necesariamente interconectadas entre ellas.

Una de las soluciones para contrarrestar esta situación es disponer en la plantilla de una persona que centralice la gestión de la identidad digital de la empresa, a través de una estrategia de presencia digital que se conoce como Online Persona. El problema, como se señala en un reciente análisis de la compañía de ciberseguridad VU, es que precisa de la inversión de un trabajador casi por completo a esta tarea, algo que la mayoría de las pymes no puede asumir. Sin embargo, informes como el elaborado hace unos meses por IDC Research España, indican que un 76% de las empresas del sector financiero en España reconoce como problema crítico la gestión de la identidad digital, si bien son conscientes del esfuerzo en todos los sentidos que eso significa. Además, se subraya que las compañías se preocupan cada vez más por saber con quiénes interactúan en la Red, siendo una vía, la digital, que tiene un importante peso tanto en la captación de clientes para muchas de ellas así como una gran relevancia a la hora de hacer ganar peso y notoriedad a las acciones de las empresas.

Por ello, existe en el mercado un número creciente de productos y servicios que intentan facilitar una estrategia integral de gestión de la identidad digital de las pymes, ofreciendo en una única herramienta elementos como la validación de identidad, la prueba de vida, el registro, la autenticación de usuarios o la detección de fraudes en tiempo real. De este modo, indican desde VU, es posible administrar de manera rápida y permanente el ciclo de vida digital de cualquier firma, logrando que los gestores de las compañías posean un mayor nivel de conocimiento digital, lo que, a su vez, favorece más libertad e independencia a la hora de operar en entornos virtuales.

Recomendaciones para una mayor protección

Más interacción digital suele implicar mayor negocio y presencia para cualquier compañía, pero, también, un incremento exponencial de los riesgos de sufrir un ataque de ramsomware, es decir, de afrontar potenciales incidencias en las que un tercero accede a datos virtuales sensibles de la entidad y exige un pago para devolverlos.

Aunque no existe una receta mágica para evitar este tipo de problemas, sí que es posible poner en marcha una serie de acciones para disminuir o, al menos, procurar minimizar los daños que se puedan llegar a producir. Entre ellas, cabe citar:

• Tener actualizados tanto los equipos como el sistema operativo para impedir que nuevos virus infecten los equipos informáticos de la empresa. Trabajar con apps y utilidades suscritas en la nube facilita estas tareas, ya que las actualizaciones se realizan de manera automática, reduciendo de manera significativa el uso de recursos por parte de una pyme.
• Utilizar contraseñas seguras y actualizarlas de manera periódica. Es decir, apostar por contraseñas que utilicen caracteres alfanuméricos y utilizar tanto mayúsculas como minúsculas, procurando que las claves solo las conozca un grupo pequeño de trabajadores de la entidad.
• Navegar siempre por entornos seguros y a través de conexiones WIFI protegidas.
• Consensuar con el equipo directivo cómo será la estrategia de presencia digital de la firma, apostando por ser activa solo en aquellos temas o áreas de conocimiento en los que realmente se tengan claros los contenidos a comunicar.
• Tener presente que ser reactivos en entornos como las redes sociales no es algo siempre malo o nocivo para los intereses de la empresa. Hay veces en que es mejor guardar silencio que decir algo que pueda volverse más adelante en contra de los intereses de la empresa.