23 may 2024
El mensaje de optimismo que siguen mandando los mercados
La tendencia alcista que demuestran las bolsas refleja que los inversores compran que las economías seguirán al alza pese a un menor número de bajadas de tipos de interés de las que se preveían hace poco meses debido al enquistamiento de la inflación a ambos lados del Atlántico.
Alex Ordóñez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
El pasado 2023 fue un año muy bueno para las bolsas a ambos lados del Atlántico. Ello pese a que la inflación aún estaba lejos de estar controlada (en el entorno del 2%) y a la existencia de dos guerras a las puertas de la eurozona, Ucrania y Gaza, cuyo impacto en la economía es obviamente negativo.
Ambos peligros persisten en la actualidad, pero a los inversores parece darle igual. Así lo demuestra el hecho de que en la primera y segunda semana de mayo el EuroStoxx 50, el índice de referencia en la bolsa europea al aglutinar a las mayores cotizadas del continente, batió los 5.035 puntos. Superar dicha cota no es baladí, ya que se trata de un máximo no visto desde el año 2000. Además, en aquel entonces, el selectivo europeo estaba “dopado” por el peso que suponía la finlandesa Nokia en el conjunto de la cotización. Y por si faltara algún detalle más, esa valoración era la que presentaba el selectivo en los momentos previos a la crisis del Covid.
Desde aquel arranque de siglo han pasado muchos años, más crisis y sus posteriores recuperaciones, pero, hasta ahora, tocar de nuevo los 5.035 parecía ciencia ficción. Y mucho más con las incertidumbres que aún rodean a la economía. Y es que al peligro de las contiendas bélicas y sus efectos en el comercio y los precios se une que desde el inicio del año las perspectivas de recortes de tipos se han reducido con fuerza, tanto en EEUU como en Europa.
Primero fue la Reserva Federal de EEUU la que desinfló el soufflé que se había creado el mercado al respecto anticipando que en el presente ejercicio habría hasta siete bajadas de tipos desde el máximo actual situado en la horquilla situada entre el 5,25% y el 5,5%. Una estimación en exceso optimista que en la actualidad se limita a solo dos bajadas en el precio del dinero y todo dependiendo de lo que pase en los próximos meses con el IPC.
Asimismo en el Viejo Continente, todo el mundo anticipaba que el BCE arrancaría los recortes desde el 4,5% actual en marzo y que a lo largo del año se seguirían bajando los tipos al menos tres veces más. De nuevo el optimismo superó la realidad y llegó marzo y nadie bajó tipos. Una acción que no llegará hasta junio pero que, según las últimas declaraciones tanto de la presidenta del eurobanco, Christine Lagarde como del vicepresidente, Luis de Guindos, puede que sea la única vez en el año en el que se bajen los tipos. Ello debido a que nadie se acaba de fiar de que la inflación esté controlada.
Al igual que las subidas de tipos dificultan la actividad económica y empresarial al generar un encarecimiento de la financiación, las bajadas son muy positivas para impulsar dicha actividad y el consumo y con ello los resultados de las empresas. De ahí que estas perspectivas se trasladen rápidamente a las bolsas, que van por delante al menos en medio año de la situación macroeconómica. Esto quiere decir que las acciones siguen subiendo ahora porque los inversores compran las buenas perspectivas de las cotizadas. Ello pese a que todo indica que el escenario idílico con múltiples bajadas de tipos es una hipótesis que no tendrá lugar.
Entonces ¿porqué los mercados siguen siendo tan optimistas? ¿es bueno, malo? Empezamos por el final, que las bolsas sigan subiendo es a todas luces positivo ya que indica que los inversores piensan que la situación económica será óptima en los próximos meses. Eso quiere decir que atisban un contexto en el que los precios estarán controlados o muy cerca de estarlo y en el que las economías seguirán creciendo pese a los altos tipos de interés.
De hecho, si en el arranque de año la palabra recesión estaba impresa en muchos informes de los economistas, ahora prácticamente nadie espera un crecimiento negativo en ninguna de las principales economías del mundo. Dicho escenario se ha notado especialmente en Europa, donde en el arranque de año se esperaba una crisis profunda originada por el largo periodo de tipos altos. Un panorama que ya ha quedado fuera de todas las previsiones.
Queda así patente que el mero hecho de que siga la fiesta en los mercados es una buena noticia para todos, ya que implica que los inversores no contemplan que los conflictos bélicos de Ucrania y Gaza puedan tener repercusión suficiente para que los países impulsen su PIB en el presente ejercicio y en el próximo.
Un escenario positivo que evidentemente beneficia más a España que a otros territorios. Ello debido a que nuestro país es una de las economías que más está creciendo en el arranque de ejercicio, con un impulso del PIB en el primer trimestre del 0,7% que ha roto todas las previsiones.
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