24 ene 2023
La nueva era de las franquicias está marcada por la diversificación
La diversificación, tanto en número de locales como de sectores, abre un periodo novedoso en el ámbito de la franquicia del que el resto de negocios pueden extraer importantes lecciones para hacer frente a la incertidumbre económica.
El modelo de franquicias irrumpió en España en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado, con la llegada de grandes marcas anglosajonas. Pero no fue hasta los 80 y 90 cuando este sistema se popularizó hasta convertirse en una piedra angular del comercio. No en vano, la patronal del sector indica que las franquicias facturan más de 25.000 millones de euros al año.
Lejos de lo que pueda parecer, su influencia no se concentra solo en las grandes urbes del país, como Madrid o Barcelona, sino que también ha sido fundamental para generar oportunidades de negocio en ciudades y localidades con menor población. De ello se han aprovechado las propias marcas, que han diversificado su presencia en todo el territorio nacional, con una inversión mucho menor que si lo hubieran hecho abriendo establecimientos propios.
Pero también ha ayudado a muchos a convertirse en empresarios, fomentando el emprendimiento y el autoempleo. Además, estas personas tenían la ventaja de estar detrás de una marca conocida, lo que facilitaba el desarrollo de negocios estables con ingresos recurrentes, aunque ello obligara a realizar una importante inversión inicial.
A lo largo de muchos años este nuevo empresario se ha limitado a “aprovecharse” de la marca para crecer, sin implicarse demasiado en el día a día del negocio. También ha habido muchos casos en los que el propio emprendedor ha vuelto a invertir en la misma marca abriendo más de un local. De hecho, no es raro encontrar diversos locales de enseñas muy conocidas, como puede ser McDonald`s, que pertenecen al mismo propietario.
Pero en los últimos años, y más a raíz de la pandemia que ha estrangulado los márgenes y los negocios y ha puesto a prueba a muchas franquicias, algunos emprendedores han cambiado su modus operandi a la hora de operar en este sector. Primero se han implicado mucho más en el funcionamiento diario de los locales. Es decir, han dejado de ser un mero inversor para convertirse en gestores. Además, se ha dado otro cambio muy relevante en este ámbito. En concreto, se trata de la diversificación de la inversión y la apuesta de un mismo emprendedor por diferentes franquicias que funcionan en ámbitos económicos diversos. En otras palabras: antes un mismo empresario podía tener varios McDonald´s. Pero ahora ese mismo empresario posee un McDonald´s, un Mango, un Santiveri y una tienda de General Óptica.
De hecho, las patronales destacan que la diversificación de las franquicias, tanto en número de locales como de sectores, es el cambio más importante de un modelo que ha dado ejemplo de adaptación a los cambios de la sociedad. Obviamente el empresario también ha tenido que evolucionar y convertirse en especialista a la hora de manejar diferentes enseñas, cada una con su propia idiosincrasia, con el objetivo de maximizar la rentabilidad obtenida con el negocio.
La marcas que buscan su expansión nacional e internacional bajo este modelo de franquicias también están cambiando al ritmo que le dictan los propios franquiciados y ya no reniegan de aquellos que invierten en diferentes enseñas, como sí hacían hasta el 2019, año previo a la irrupción de la pandemia del coronavirus. Por si fuera poco, algunas firmas tratan de apoyar esta diversificación del empresario dando la oportunidad de ofrecer servicios duales dentro de un mismo establecimiento. Es el caso, por ejemplo, de The Phone House que ya cuenta con más de 30 tiendas donde también ha instalado los servicios fotográficos de Fotoprix. Con ello, las marcas pueden aprovechar la nueva era en la que han entrado los franquiciados para acompañarlos en su crecimiento y servirse también de ello para aumentar sus propios ritmos de expansión.
Por si fuera poco, este modelo dual beneficia a los propios franquiciados que aumentan sus vías de ingresos sin que ello suponga embarcarse en el desembolso que supone abrir nuevas tiendas.
Todo lo anterior deja patente una revolución que da inicio a una nueva era en el sector de la franquicia. Unos cambios de los que se pueden extraer importantes lecciones para el resto de empresas. La más importante es que siempre existen soluciones a la incertidumbre y que apostar por la diversificación e incluso los cambios más radicales en los modelos de negocio pueden ofrecer excelentes resultados.
Más aún en tiempos de crisis donde surgen más oportunidades y a un precio menor que en periodos de expansión. Es por ello necesario que el empresario tenga la mente abierta y aproveche cualquier opción que se presente para diversificar su negocio y lograr su misión que no debe ser otra que ofrecer soluciones a las cambiantes demandas de la sociedad. La proactividad es, por tanto, necesaria, y el modelo de franquicias así lo demuestra.
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