Nueva York conserva el estatus de ciudad más cara para los negocios

La estancia diaria de los viajes de negocios en Nueva York cuesta 796 dólares, según el ranking anual de la consultora ECA International que tiene en cuenta para elaborar su clasificación unos alojamientos en hoteles de cuatro estrellas, un menú de precio medio alto y gastos de taxis, de restaurantes y bebidas y otra serie de desembolsos accidentales y variados, pero propios de una partida de desplazamiento al exterior para profesionales y directivos de empresas. Los primeros cinco puestos revelan una alternancia entre grandes capitales estadounidenses y suizas. A Nueva York le sigue Ginebra, Washington DC, Zúrich y San Francisco. Todas con más de 600 dólares por beneficiario y día.

Los datos se refieren a 2022, el primer ejercicio de normalización económica y de las cadenas de valor empresariales posterior a la Gran Pandemia en la casi totalidad de las latitudes globales con la prácticamente única excepción mencionable de China, y refleja la rápida reanudación del clima de los negocios, a pesar del estallido de la guerra en Ucrania, las disrupciones comerciales y los vetos energéticos y financieros impuestos a Rusia por parte de las potencias occidentales.

Londres, con 497 dólares diarios, y París, con 475 dólares, son las dos capitales clásicas europeas más caras y ajenas al ámbito suizo -la quinta en discordia, es Berna, que también pertenece a la Federación Helvética- dentro de un top-ten del Viejo Continente que completan Copenhague, Reikiavik, Milán, Ámsterdam y Roma.

En Asia el reinado corresponde a Hong-Kong, con 520 dólares diarios, seguida de Singapur, que se sitúa por delante de Toko, Shanghái y Seúl.

Nueva York se mantuvo como el destino de negocios más caro del planeta en 2022 con un alza de los desembolsos medios del 8% respecto al ejercicio precedente. Además, EEUU incluye otras dos de sus grandes capitales -Washington DC y San Francisco- en el top-ten.      

La espiral inflacionista ha sido el principal factor del incremento de los costes de los viajes para hacer negocios en el exterior, mientras que los confinamientos sociales en China y el descenso de su demanda energética por los drásticos impedimentos a la movilidad impuestos en ciudades emblemáticas como Pekín o Shanghái durante buena parte de 2022 hicieron más factibles los desembolsos a directivos y profesionales en el gigante asiático. El coste de Hong-Kong superó en apenas 5 dólares el de Singapur. Londres y París comparten los últimos peldaños del top-ten con Luanda. La capital de Angola fue el lugar más caro para formalizar negocios de África.  

Lee Quane, responsable de ECA en Asia valora el informe de su firma, que examina 457 ciudades de 196 países, resalta que la nueva elección de la Gran Manzana “no es una sorpresa” porque ostenta la zona comercial más cara del mundo y el mercado inmobiliario más lucrativo “después de todo”. En el Viejo Continente, Suiza es el territorio con facturas más cuantiosas para las firmas con intereses en el exterior que quieran cerrar negocios en la Federación Helvética. Ginebra con 700 dólares diarios y Zúrich con 641 son sus hubs más caros.

En el continente asiático Hong-Kong conserva su hegemonía, “siempre ha sido la localidad más cara de Asia”. Aunque ese galardón se lo ha arrebato en ocasiones puntuales Singapur, que en 2022 mantiene a tiro su asalto. La ciudad-Estado es “la meca financiera” y muestra este poder destacándose de Tokio desde 2020.

La estancia media en Londres subió un 15% respecto a 2021 dentro de un mercado, el británico, en el que le siguen Edimburgo, Birmingham, Manchester, Belfast y Cardiff.

En Nueva York la tarifa total se dispara por el precio del alojamiento hotelero, al igual que en Ginebra, que mantiene precios similares a los grandes hoteles del centro de Londres o de París donde, sin embargo, los vuelos y desplazamientos son más frecuentes y económicos. En Suiza también encarece el coste final los servicios de taxis y de recorridos internos.

En Asia, al triunvirato de Hong-Kong, Singapur y Tokio le siguen Shanghái, Seúl, Dhaka (Bangladés), Tiapei (Taiwán), Pekín, Yokohama (Japón) y Hsinchu (Taiwán). La caída de las ciudades chinas se explica por los precios todavía inferiores a los niveles previos a la pandemia y el alto dinamismo productivo y logístico generado por Taiwán durante la crisis sanitaria y las disrupciones de las cadenas de valor empresariales durante meses después de la reanudación de la actividad global, así como los cuellos de botella en el comercio internacional.