Los cinco países con mayores reservas de gas

Diego Herranz - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce

La trascendencia del gas natural en los mercados globales va en aumento. Desafortunadamente para los intereses occidentales, las dos naciones con mayores reservas probadas de esta fuente energética que Europa ha catalogado como limpia -en referencia a su versión licuada- son Rusia e Irán. Dos sospechosos habituales de la Casa Blanca, sobre los que mantiene vetos políticos y embargos comerciales desde hace años. De ahí que la influencia y capacidad de extracción y de comercialización de países como Qatar, Turkmenistán o el propio EEUU sea determinante y vaya en aumento. Porque el gas es, a la vez, un auténtico maná de ingresos directos y tributarios de primera magnitud para las potencias suministradoras.     

Para no pocos analistas internacionales, el gas natural es el auténtico Caballo de Troya que ha creado la industria fósil. En especial, para mantener su influencia en el actual y tumultuoso ciclo de negocios post-Covid, en el que se debe acelerar la transición energética. La disyuntiva sobre su catalogación como fuente limpia o contaminante se aprecia en la percepción generalizada de que se trata de un puente estratégico. Con defensores de su relevancia para canalizar el esfuerzo empresarial hacia un futuro de bajas emisiones y detractores, en su mayoría científicos, que se decantan por su rápida supresión de energías conciliadoras con el medio ambiente.   

Europa se ha decantado por el uso del gas de bajas emisiones. En una época de necesidades en los mix energéticos para cubrir los déficits de energía propiciados por las alteraciones de oferta y demanda derivadas de la guerra de Ucrania y la previa declaración de combate de Rusia en el suministro de gas a Europa que generó el energy crunch del otoño de 2021. Una lista notable de países, de hecho, han acudido de nuevo al carbón para cubrir sus demandas nacionales durante todo 2022 y en el ejercicio en curso. 

Estos son, por orden decreciente, los principales actores del negocio del gas mundial, la fuente fósil con una imagen más noble entre los consumidores globales. 

1.- Rusia. Posee 38 billones de metros cúbicos, según la serie estadística World Energy 2020 de la petrolera BP. El pasado año produjo, sin embargo, 573.000 metros cúbicos, un 13,4% menos en términos interanuales. Históricamente, Europa, Turquía y Ucrania fueron los destinos de una industria gasística, la rusa, que ha alterado ostensiblemente sus clientes, pivotando sus ventas al exterior hacia Asia; preferentemente, a India y China, el principal receptor de los gaseoductos que transportan Gas Natural Licuado (GNL). Aunque Europa, irónicamente, aumentó el pasado año de forma considerable sus importaciones de gas ruso para hacer rápidos acopios de stocks con los que atravesar el pasado invierno y garantizar el pleno abastecimiento de los servicios de calefacción entre sus socios.  

2.- Irán. Al segundo productor global, Occidente tampoco lo ve con buenos ojos. Pese a que tiene 32 billones de metros cúbicos de reservas de gas, el 16% del total mundial. La mayoría de estos depósitos están localizados en el campo extractivo de Sotuh Pars, en el Golfo Pérsico, en aguas que comparte con Qatar, su gran aliado entre los emiratos de la Península Arábiga. La capacidad productiva en 2020 alcanzó los 234.000 millones de metros cúbicos a una media diaria de 646 millones de metros cúbicos. Los planes de desarrollo gasísticos iraníes han captado la atención de varias supermajors occidentales como Total Energies, la multinacional francesa que ha impuesto una estrategia corporativa que -dicen- trasciende de las sanciones vigentes por parte de EEUU.

3.- Qatar. Gestiona el productivo y amplísimo parque gasístico North Field, que le hace situarse inmediatamente después de su vecino iraní en términos de reservas, con 24,7 billones de metros cúbicos. Hasta hace poco, el mayor exportador de GNL del mundo ha reducido su grifo, desde los 126 millones de toneladas anuales hasta los actuales 77 millones de valor exportador de gas. Este emirato es la principal opción compradora de Europa dentro de su política de boicot al gas ruso con el que ha suscrito numerosos compromisos de adquisición preferente a largo plazo en previsión de que el conflicto en Ucrania prolongue su duración y se mantengan a largo plazo sus daños energéticos colaterales.

4.- Turkmenistán. El mercado de Asia Central ostenta 19,5 billones de metros cúbicos de gas en su subsuelo, según los datos estadísticos de BP. Su capacidad extractiva es baja. Sin embargo, es capaz de aportar 59.000 millones de metros cúbicos, su máximo histórico, alcanzado en 2020. La mayoría de su gas tiene como destino China, aunque también exporta de manera masiva a sus vecinos asiáticos.

5.- EEUU. De nuevo, ejemplo de que los países más productores no necesariamente son los que certifican mayores reservas. La primera potencia global ha llegado a ser el principal exportador neto de GNL, pero es el quinto en depósitos probados. A finales de 2022, ostentaba 13,1 billones de metros cúbicos, según el anuario Factbook de la CIA, cifra que la federal Energy Information Administration eleva hasta los nada menos que 625,4 billones a finales de 2021.

El gas de lutita (shale gas), muy abundante y con cada vez más numerosos yacimientos en uso, le concede una capacidad muy potente de venta, activando mecanismos, ecosistemas de negocio on line y plataformas multicanales -como han planificado ya sus principales compañías-, de más de 169 millones de toneladas anuales en 2027.  

El resto del top-ten de reservas gasísticas lo completan Arabia Saudí, EAU, Nigeria, Venezuela, donde los descubrimientos se están sucediendo por doquier, como ocurrió a comienzos de siglo con sus reservas petrolíferas, y China.