La privacidad y garantizar una adecuada estrategia de compliance son tareas que, en la actualidad, la mayoría de los emprendedores tiene muy presente gracias a la popularidad del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Sin embargo, una cosa es valorar la importancia de ambas magnitudes y otra muy distintas poder cumplir con ellas debidamente, sobre todo en la etapas iniciales de actividad de una pyme, momentos en los que los recursos suelen ser bastante limitados y en donde, además, los socios deben estar lidiando con múltiples tareas de gestión en distintos frentes que les consumen gran parte de sus agendas.

Sin embargo, no preocuparse por la privacidad puede acarrear graves complicaciones para una empresa, tanto desde el punto de vista legal como de su propia reputación. De ahí que resulte clave tener este hito siempre presente en cualquier planificación estratégica de cara a evitar tener que llevarse en el futuro alguna sorpresa desagradable.

Un elemento crítico

La sensibilidad de los empresarios españoles en relación a la privacidad es muy elevada. Así se desprende de un reciente estudio de Cisco bajo el título Cisco Data Privacy Benchmark, en el que se afirma que un 91% de las pymes del país considera a la privacidad como algo imperativo para el éxito de su negocio. De hecho, uno de los datos sorprendentes de esta encuesta es que un número creciente de emprendedores, con independencia de su segmento de actividad o de su experiencia empresarial, afirma que una adecuada gestión de la privacidad se puede traducir, en el largo plazo, en un retorno de la inversión (ROI) elevado.

Esta preocupación por la privacidad en las pymes no es algo solo de puertas para dentro. Un 92% de los empresarios españoles asegura que no trabajaría con otra entidad que no proteja adecuadamente sus datos, por lo que solicitan siempre de manera protocolaria alguna clase de certificación externa que valide su correcto desempeño. Es llamativo comprobar cómo la mayoría de las pymes consultadas integra, de hecho, la verificación de estas certificaciones sobre la privacidad de terceros en sus procesos de compra tanto de productos como de servicios.

Un beneficio de ida y vuelta

A nivel global, 3 de cada 5 empresas afirma que la privacidad aporta un valor corporativo significativo, ya que se traduce en una menor pérdida de datos sensibles, en una agilización de las ventas, en una mayor confianza por parte de los clientes y comunica, además, una imagen de eficiencia y de rigor a los inversores.

El estudio cita que el ROI de la privacidad es, en promedio, de un 1,8 frente a la inversión, lo que quiere decir que ya no cabe hablar de la privacidad solo desde un punto de vista legal, ético o reputacional, sino que, también, es una cuestión esencial para la buena salud a futuro de la cuenta de resultados de cualquier organización.

La importancia del RGPD y la cobertura aseguradora

Cumplir puntualmente con el RGPD y dedicar recursos estratégicos es positivo para cualquier empresa, además de lo ya citado, porque:

• Aportará confianza a cualquier cliente y proveedor para compartir datos personales de carácter sensible. Es probable, además, que su grado de satisfacción en relación al desempeño de la empresa crezca.
• Se comunica a la sociedad una imagen de transparencia y de seguridad, que puede a la larga suponer una ventaja competitiva frente a la competencia.
• Se logrará evitar cualquier filtración interesada o pérdida de información relevante, algo muy importante para evitar complicaciones de carácter legal.
• Contribuirá a aportar tranquilidad al equipo humano de la organización, que observará cómo la entidad lleva a cabo unas prácticas con elevados estándares éticos. Estos supondrá mayor fidelidad de los empleados, captación de nuevo talento y un incremento positivo del clima laboral.

En cualquier caso, para dar una mayor tranquilidad a las empresas, existen los seguros de responsabilidad civil que, dentro de sus coberturas, incorporan la protección de los datos personales. Esto implica, por ejemplo, que se ocuparán si llega el caso de los costes derivados de posibles problemas que tengan que ver con el cumplimiento del RGPD.

Hay que tener presente que por muchos recursos que se destinen a la privacidad el riesgo cero no existe, y menos si en su protección está involucrada la mano humana. De este modo, a través de una póliza de responsabilidad civil, una pyme evitará que si se produce una incidencia grave, su coste pueda poner en riesgo las cuentas de negocio de la compañía o, incluso, en los casos más graves, su propia supervivencia. Un seguro de estas características se ocupa de cubrir los problemas causados por la protección de datos, tanto si se debe a un cumplimiento insuficiente o no adecuado, como si es causa de un incidente de seguridad.