Por qué una pyme debería apostar por las campañas de email marketing

El email marketing, en ocasiones conocido también como simplemente emailing, permite enviar correos electrónicos de manera masiva a una base de contactos que, en el caso de una empresa, suelen ser clientes o personas que se han registrado en el pasado a través de alguna de las plataformas habilitadas por la entidad. Una campaña de estas características no tiene como única finalidad presentar o promocionar un producto sino que puede llevarse a cabo por otros motivos, como, por ejemplo, un rebranding o para comunicar alguna noticia importante para la organización, como puede ser la entrada en un nuevo mercado, la adquisición de otra firma o la incorporación de un profesional de gran reputación.

A pesar de las reticencias que puede tener un emprendedor a la hora de poner en marcha una campaña de email marketing (sobre todo, para no saturar de información a sus clientes ya fidelizados), si se realiza con carácter periódico y espaciada en el tiempo, puede resultar muy provechosa para cualquier compañía, debido a la multitud de utilidades que aporta, como aumentar el nivel de compromiso con los stakeholders, mantener un contacto regular con ellos y darles la oportunidad de recabar sus opiniones, poder llevar a cabo acciones de marketing de contenidos sin apenas coste, o mejorar el posicionamiento digital en redes sociales.

Claves para realizar con éxito una acción de emailing

Aunque pueda parecer que se requiere de una gran infraestructura digital para realizar adecuadamente una campaña de email marketing, lo cierto es que, en la actualidad, con un equipo informático y el soporte de algunas herramientas y apps de la Nube, se puede llevar a cabo de forma rápida, exitosa y medible.

Además, es importante tener en cuenta algunos hitos para mejorar las posibilidades de alcanzar los objetivos planeados con esta acción:

• Revisar cuidadosamente la base de datos e incluir en la campaña a aquellos sujetos que pueden estar más abiertos a este tipo de acciones. O, dicho de otro modo, es conveniente hacer una exportación del listado a cierta tipología de usuarios que pudiera no recibir con agrado esta clase de correos electrónicos. Por supuesto, en cada email que se remita debe ser visible para el receptor el enlace o botón para darse de baja de futuros envíos masivos.
• Personalizar lo máximo posible la comunicación. Existen funcionalidades que permiten que en cada envío de correo se pueda incluir el nombre de cada usuario, lo que siempre contribuye a aumentar más la fidelización. En paralelo, es importante crear grupos de contactos en la base de datos de modo que se les pueda brindar una información más sensible y, por lo tanto, más proclive en principio a sus intereses.
• Sinceridad y concisión. El tiempo es un bien limitado y más en las interacciones digitales. Por ello, los correos electrónicos demasiado largos tienden a hacer perder el interés del lector. Sin embargo, hay que tener cuidado ya que si se lanzan mensajes demasiado directos es posible que se terminen confundiendo con simple publicidad, lo que puede ir en contra de los intereses de la campaña. Una de las claves para alcanzar ese término medio puede ser a través de un call to action (CTA), con lo que se le ofrece al usuario algo como regalo (descargar un contenido o aprovecharse de una oferta exclusiva), y así fomentar que se esfuerce en completar la lectura del correo que se le ha enviado.
• La importancia de un buen diseño. Aunque pueda parecer complicado diseñar una campaña de emailing estéticamente bonita, lo cierto es que hoy existen multitud de plataformas desde las que descargar plantillas que sirvan como base. Es importante que, con independencia del diseño que finalmente se escoja, se apueste por ser responsive, es decir, que se adapte a cualquier dispositivo conectado (teléfono móvil, ordenador, tableta, etc).
• Disponer de herramientas para medir los impactos de la campaña, de modo que permitan saber desde el número de clicks que se han logrado, el incremento de tráfico a la página web, cómo ha evolucionado el número de suscripciones, qué tipología y ubicación tienen los nuevos clientes, o por qué productos y servicios se han interesado más.