04 jul 2022
Cómo puede combatir una pyme el incremento general de los precios
En una coyuntura de elevada inflación, las pymes no solo pueden desarrollar iniciativas para mantener su solvencia económica y, con ello, garantizar su supervivencia, sino que les es factible evaluar su estrategia orgánica para diversificarse, crecer y ganar cuota de mercado. El apoyo en socios y proveedores y la involucración de los profesionales son elementos clave para que estas iniciativas tengan el mayor éxito posible.
En el sector empresarial, un contexto de elevada inflación aumenta los costes de producción y altera el equilibrio entre oferta y demanda en la economía. Si se extiende demasiado tiempo, el aumento de los precios puede reducir de manera notable los ingresos de una pyme, provocando que la liquidez con la que poder atender los pagos a corto plazo se resienta. Por ello, es imprescindible contar con una estrategia que permita desarrollar acciones que aumenten la tesorería de la compañía e incrementen su solvencia financiera. De este modo, las opciones de navegar con éxito en coyunturas inciertas aumentan e, incluso, pueden servir para mejorar su posición en el mercado.
Una inflación desbocada
La principal consecuencia de la inflación es que el dinero pierde poder adquisitivo, lo que afecta tanto a los consumidores, que tienen menos capital para adquirir bienes y servicios, como a las empresas, que comprueban cómo los costes aumentan, en segmentos como la logística, la puesta en marcha de la maquinaria, la contratación de personal o la compra de materias primas.
Además, para combatir la inflación, los bancos centrales suelen poner en práctica iniciativas relacionadas con el aumento en los tipos de interés, por lo que las organizaciones tienen más caro financiarse externamente. Un incremento significativo en los tipos de interés puede provocar que las empresas en situación más vulnerable experimenten mayores dificultades para hacer frente al pago de las deudas y, como resultado, ver limitados sus niveles de gasto.
En España, el dato de inflación de junio de 2022 se situó en el 10,2%, su nivel más elevado desde 1985, con la energía y los alimentos como los elementos que más contribuyeron a este despegue. Según un reciente informe de Intrum, 5 de cada 10 compañías españolas reconocen que no cuentan hoy con la capacidad necesaria para gestionar el impacto de la subida tan significativa de precios en su negocio. Mientras, 6 de cada 10 admiten que, debido a la inflación, cada vez les resulta más complicado pagar a sus proveedores. Por su parte, el 58% de las entidades está siendo más cautelosa con sus planes de gasto y endeudamiento por la subida de los tipos de interés.
En un contexto en el que este incremento desaforado de los precios parece que continuará, al menos, durante los próximos meses, muchas empresas se ven obligadas a diseñar mecanismos para evitar que esta situación tenga un efecto relevante en su radiografía contable y en su tesorería.
Medidas corporativas para frenar el efecto de la inflación
Adquisición de bienes más elevada, aumento de los costes de producción (principalmente, en salarios y en insumos como la electricidad), menor capacidad de compra de los consumidores y un incremento en los costes de endeudamiento. En este contexto, ¿qué puede hacer una pyme para intentar navegar con éxito?
- Gestionar más eficientemente los gastos. Revisar todos los procesos, tanto productivos como de gestión de la compañía, es el método más efectivo para ahorrar costes en el corto plazo. El responsable contable y el controller financiero son las dos figuras clave para revisar con los responsables de cada departamento todas las partidas de gasto y evaluar cuáles se pueden suprimir o, en su caso, reducir. Además, es posible apoyarse en otros profesionales, como el encargado de la tecnología, o en consultores externos para analizar si a través de la tecnología se pueden automatizar procesos con los que ahorrar costes y ganar en productividad. Las estrategias de lean management pueden aportar una ayuda fundamental para tener éxito en este objetivo.
- Apostar por la diversificación. Aunque parezca paradójico, una coyuntura incierta marcada por una elevada inflación puede ser el espaldarazo definitivo para revisar y actualizar la estrategia operativa de la compañía. De cara a evitar que el contexto de crisis toque más de lleno a los clientes objetivo de los productos de la entidad, lo más aconsejable es apostar por la diversificación, de modo que se consiga amortiguar el riesgo de una previsible caída en las ventas. En esta evaluación, es imprescindible identificar segmentos de mercado en donde los clientes puedan ser menos sensibles a los precios, bien por su poder adquisitivo o porque vean una mayor necesidad en los bienes que se comercializan.
- Aumentar la colaboración con terceros y las vías de suministro. La crisis económica derivada de la pandemia por coronavirus enseñó a muchas empresas que para mantener vivas sus cadenas de producción es imprescindible disponer de una red de proveedores suficiente para garantizar el suministro de materias primas. Cuanto mayor sea esa red, más fácil será encontrar materias primas más baratas que reduzcan los costes de producción. Además, desarrollar acuerdos de colaboración con otras entidades que puedan ser complementarias al negocio de la organización puede permitir un ahorro significativo de costes, por ejemplo, favoreciendo que cada una trabaje en ámbitos en los que cuente con una mayor especialización y luego pueda suministrar su trabajo a un coste sensiblemente más económico.
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