13 nov 2024
La sostenibilidad de las franquicias, ejemplo a seguir por las pymes
Ya sea por responsabilidad, porque la ley obliga o por lograr ventajas competitivas, el sector de la franquicia está dando continuas lecciones en el ámbito del respeto al medio ambiente que las pymes deberían empezar a replicar.
Alex Ordóñez - Colaborador de Asesores de Pymes externo a Cesce
Decir ahora que apostar por la sostenibilidad es fundamental para las empresas suena a cosa del pasado. Pero la realidad es que aún existen muchas firmas, especialmente pymes, que no han incluido este aspecto en sus estrategias de negocio. Ello pese a un contexto marcado por el cambio climático, y sus nefastas consecuencias de las que por desgracia hemos sido testigos en España recientemente, y una creciente presión por parte de la sociedad que llega al punto de incluir la sostenibilidad de los negocios a la hora de decidir sus compras. Tanto es así que recientes estudios indican que un compromiso firme con el cuidado del medio ambiente puede hacer que la balanza se incline por una u otra firma para prácticamente la mitad de los consumidores.
Por si fuera poco, a la mayor exigencias por parte de los clientes se une también una regulación cada vez más restrictiva por parte de las autoridades gubernamentales de casi todos los países, que acarrea fuertes sanciones en caso de incumplimiento. Un ejemplo claro de esto lo estamos viendo en Europa, donde los ambiciosos objetivos climáticos impuestos por Bruselas están generando muchos problemas de competitividad a la industria del motor del Viejo Continente y al sector primario. Ello debido a que los productos que vienen de países de fuera de la UE no tienen que asumir los costes que sí sufren los productos europeos para cumplir con la legislación climática.
Pero más allá de que en el caso de España y del resto de países que pertenecen a la eurozona no parece quedar más remedio que cumplir con la sostenibilidad, hacerlo también supone ventajas propias para las empresas. La primera es que otorga una clara ventaja competitiva respecto a los rivales que aún no han apostado por la rama medioambiental de los llamados objetivos ESG.
En esta carrera por ser los más respetuosos con el planeta, el sector de las franquicias ha marcado un claro camino que las pymes harían bien en replicar. Vaya por delante que por su propia naturaleza empresarial, las franquicias son uno de los ámbitos de negocio donde siempre se observa un mayor impacto sobre el clima. Buen ejemplo de ello es el sector textil, que ha recibido continuas críticas por la contaminación que genera la producción de la ropa. De ahí que aunque sea por pura responsabilidad parece lógico que la franquicia sea uno de los sectores más preocupados por la sostenibilidad.
Pero una vez hecha esta puntualización, la realidad es que las franquicias están dando ejemplo con sólidos avances en el ámbito del cuidado del medio ambiente. Un buen ejemplo de ello son algunas cadenas de cafeterías franquiciadas, donde se ha pasado de los envases de usar y tirar a otros reutilizables con los que, además, se logra fidelizar a los clientes. Asimismo, muchas firmas también optan por cafés ecológicos y un uso responsable del agua. Dentro del mismo ámbito de negocio también hay ejemplos en la restauración, donde cada vez más se apuesta por el reciclaje y la introducción de menús sostenibles. Asimismo, la apuesta por la utilización de energías limpias, mediante la instalación de tecnología fotovoltaica de autoabastecimiento también se ha convertido en otra práctica a seguir.
En el ámbito de la distribución alimentaria también se está prefiriendo trabajar con proveedores locales para reducir el impacto medioambiental de la cadena de suministro. Además, también es destacable el esfuerzo de las compañías (aunque en este caso es más obligado que interesado) por reducir el consumo de plásticos. No obstante, en esto último aún queda un largo camino por seguir por parte de las grandes cadenas de supermercados.
Las adecuadas políticas sostenibles por parte de las franquicias se dan también en sectores como la hostelería, los gimnasios, la cosmética e incluso las lavanderías, con la introducción de detergentes ecológicos.
Todo lo anterior evidencia los esfuerzos de las franquicias por avanzar hacia la reducción de su huella de carbono. Sin duda, el hecho de que detrás de este tipo de negocios existan, en muchos casos, gigantes empresariales facilita la introducción de este tipo de políticas sostenibles.
Se trata de una ventaja de la que carecen las pymes cuyos balances más ajustados les impiden en muchos casos acometer inversiones para ser más sostenibles. Pese a ello, cualquier esfuerzo que se pueda realizar en este ámbito será bienvenido para la imagen de marca y para elevar los ingresos. Ello debido al ya comentado interés de los clientes por comprar en firmas sostenibles.
Ahora bien, en esta carrera por la sosteniblidad, conviene huir de lo que se viene a llamar postureo ecológico o greenwashing, ya que resulta contraproducente para la compañía. De hecho, es mejor no hacer nada que tratar de vender un esfuerzo sostenible que es falso.
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