09 jun 2021
La guía para superar la curva de la transformación empresarial
Vencer la resistencia al cambio, aprender de los errores cometidos y huir de los esquemas establecidos aparecen como claves para afrontar con mayores garantías de éxito el proceso de renovación al que la mayoría de las empresas están obligadas tras la pandemia.
La pandemia ha acelerado la implementación de cambios en las empresas desde todos los puntos de vista. Pero es en la estrategia de negocio, en el aspecto organizacional y en la cultura empresarial donde la necesidad de transformación se ha hecho más manifiesta. Porque esto no va de ser un poco más digital, un poco más sostenible o un poco más responsable, sino de poner patas arriba la empresa para que pueda competir en un mundo que indefectiblemente nada tiene que ver al que había en febrero de 2020.
Por fortuna, cada vez hay más empresas que son conscientes del elevado riesgo que asumen si se niegan a dar ese paso en aras de sobrevivir en un futuro repleto de incertidumbres. Pues bien, todas ellas han tenido que pasar por las que los expertos llaman las fases que forman la curva del cambio empresarial: shock, resistencia, aceptación y compromiso. Como se puede ver, las dos primeras están relacionadas con el momento en el que un empresario es consciente de que el momento del cambio es inminente y a pesar de ello se muestra temeroso a dar el paso. Sin duda, una comunicación fluida con la plantilla de la compañía y con asesores externos ayudará a superar estas dos primeras etapas de la curva del cambio.
No obstante, conviene tener en cuenta que muchos negocios se ven obligados a cerrar porque precisamente sus dueños han sido incapaces de alcanzar las fases de aceptación y compromiso ante las obligadas transformaciones del negocio. Pero, cuidado, existen también miles de ejemplos de compañías que se han visto obligadas a finalizar de forma prematura su vida empresarial por el mero hecho de atascarse o equivocarse durante las dos últimas fases de la curva del cambio.
Para evitar que eso ocurra, desde este blog aportamos esta breve guía que ayudará a implementar con mayores garantías de éxito el necesario cambio organizacional. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el objetivo principal es lograr que la curva que hemos mencionado con anterioridad se aplane, eliminando cualquier tipo de altibajos que puedan formarse. Con esta idea lo primero que hay que hacer es:
Trabajar con el objetivo de vencer la resistencia al cambio
Y es que una vez que la clase directiva ha adquirido el compromiso de enfocar la estrategia empresarial en otra dirección, llega el momento de extender ese compromiso a toda la plantilla. El problema es que por norma general el ser humano no es demasiado amigo de los cambios. En la empresa también ocurre. Casi nadie quiere dar un volantazo a una manera de trabajar por la incertidumbre que conlleva. ¿Seré capaz de responder a las nuevas exigencias? ¿Se me dará tan bien como antes? Este tipo de preguntas serán normales en el equipo. De ahí que la obligación de los directivos sea eliminar todas esas dudas.
La mejor forma de hacerlo pasa por la información, la comunicación y la transparencia. Solo de esa forma se podrá sensibilizar a la totalidad de los departamentos para que se comprometan con el cambio que toda empresa debe adoptar.
Aprender de los errores
Como es lógico y normal un giro estratégico llevará a que se cometan más errores. Pues bien, lo peor que puede hacer una empresa en esta etapa es castigar a los responsables de esos fallos. Con ello solo se consigue mandar un mensaje de miedo que, desde luego, en nada ayudará a extender ese compromiso con el cambio del que hablábamos en el punto anterior.
Muy al contrario, la clave del éxito pasa por aprender de los fracasos, incorporando dinámicas de aprendizaje a partir de los fallos cometidos. Lejos de castigar, que solo sirve para desmotivar a todo el mundo, es mucho mejor analizar los fallos y trabajar unidos para evitarlos la próxima vez.
Por tanto, la empresa que se apreste a realizar un importante cambio estratégico y organizacional debe trabajar en la formación de la plantilla, porque solo así podrán minimizarse los errores.
Huir de los modelos establecidos
Aunque la pandemia de la Covid es reciente, existen ya un buen número de libros, artículos y expertos que “venden” un modelo concreto de transformación de una empresa. Pues bien, lo mejor que puede hacer es ignorar todos esos esquemas establecidos. Piense que cada persona es diferente y, por lo tanto, cada empresa también lo es. Un proceso de cambio exitoso pasa por desechar en su totalidad toda la literatura existente al respecto de los cambios. Intentar encajar cualquier modelo a la fuerza en la empresa conducirá a un casi seguro fracaso.
Lo más recomendable en la mayoría de los casos es que sea la propia experiencia de la empresa la que, aprendiendo de sus errores, sea capaz de generar su propio modelo de transformación. Eso sí, esto no quiere decir que haya que huir de la ayuda externa. Nadie nace aprendido y unos sabios consejos siempre pueden ayudar a dar los primeros pasos. Pero una vez que la totalidad de la compañía está inmersa en un proceso de cambio es mucho mejor olvidarse de corsés y normas hechas y dejarse llevar por el día a día.
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