A pesar de los problemas políticos que todavía padece, Túnez sigue siendo un buen lugar para invertir, y más ahora, que acaba de abrir la puerta a nuevas posibilidades y sectores. En un
post anterior ya nos referimos a las enormes oportunidades que representa la zona en estos momentos, sobre todo en el campo de las nuevas tecnologías, gracias al proceso liberalizador en el sector de las TIC, que ha potenciado las infraestructuras de este tipo y las aplicaciones informáticas. Pero es que ahora el embajador de Túnez en España, M´hamed Ezzine Chelaifa, acaba de anunciar un acuerdo al que ha llegado su país, que le ha convertido en socio privilegiado de la Unión Europea. Esto quiere decir que, entre 2013 y 2017, se fomentará la cooperación entre el país magrebí y Europa en investigación científica, educación superior, asuntos sociales y finanzas, y se incrementará el intercambio de productos agrícolas y servicios. Chelaifa participó recientemente en una mesa redonda celebrada en la Casa Árabe de Madrid, en la que también intervino el director general de la Agencia de Promoción de Inversión Extranjera de Túnez (FIPA), Noureddine Zekri. Éste comentó las oportunidades que Túnez ofrece a la inversión extranjera en sectores como la industria química de extracción de fosfatos, la producción de energía eólica y la desalinización de agua de mar, así como en proyectos concretos como la construcción de una central eléctrica y una refinería de petróleo, la creación de diez zonas logísticas, la mejora de puertos, además de la inversión en polos tecnológicos y diez grandes proyectos turísticos. Actualmente, cerca de 60 compañías españolas están presentes en el país, con una cifra de inversión total de 912 millones de dinares tunecinos y más de 5.000 personas empleadas. Además de la competitividad, Túnez ofrece como atractivo ser la puerta de entrada al mercado africano, especialmente a Libia y Argelia, países con los que mantiene acuerdos arancelarios. Para fomentar la inversión extranjera en Túnez, donde ya están presentes 3.200 empresas, el director general de FIPA detalló las reformas desarrolladas por el Gobierno surgido tras la revolución para garantizar una mayor apertura y libertad de inversión en todos los sectores. Por ejemplo, la Ley de Finanzas Complementarias de 2012 ofrece ventajas durante cinco años a empresas extranjeras que contraten trabajadores cualificados tunecinos. El Código de la Inversión, que está actualmente en la fase final de preparación, busca reforzar los mecanismos de financiación para pymes, crear polos tecnológicos especializados en nuevas zonas, aumentar la transparencia de las licitaciones, simplificar los procedimientos administrativos, evitar la corrupción y aumentar la cooperación público-privada. Los responsables tunecinos, que creen que España aún no ha materializado todo el potencial de presencia e inversión posible en aquel país, aseguraron que no tienen intención de reducir los incentivos fiscales, sino de consolidar las ventajas fiscales adaptándolas a las nuevas prioridades. ?Las nuevas empresas que inviertan en Túnez tendrán las mismas, o más ventajas, que las que ya lo han hecho?, afirmó el director general de FIPA, que también comentó otros incentivos a la inversión, como la competitividad de salarios y alquileres, la educación de los trabajadores, la logística y el desarrollo de proyectos de infraestructuras.