11 sep 2022
Acuerdo de coalición
El presidente Gustavo Petro ha logrado formar una amplia coalición en el legislativo. El pasado 7 de septiembre, los partidos Conservador, Liberal y de la U, tres de las grupos parlamentarios más grandes oficializaron su apoyo lo que no los obliga a votar a favor de sus proyectos, pero es un espaldarazo simbólico.
Resulta algo paradójico que el Partido de la U que se fundó gracias al expresidente Álvaro Uribe en el 2006, el principal contrincante político de Petro, ahora será un actor clave para aprobar las ambiciosas reformas de izquierda que prometió el mandatario en campaña. Este acuerdo se suma a otros pactos alcanzados por el oficialismo con grupos tan diversos como la Alianza verde, la Unión Patriótica, la Colombia Humana, el Polo Democrático y el Partido de los Comunes, que surgió de la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (las FARC). Los únicos que se han declarado abiertamente en oposición, como era de esperar, son el Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe, que cuenta con 13 senadores y 16 representantes y la Liga de Gobernantes Anticorrupción, encabezado por el excandidato presidencial Rodolfo Hernández, que solo lo tiene a él de senador y a tres representantes a la cámara.
│¿Una cómoda mayoría?
El gobierno contará, por tanto, con mayoría en ambas cámaras (75 senadores afines de un total de 108 y más de 140 diputados de 188 en el Congreso), algo que parecía impensable en marzo tras las elecciones legislativas, dos meses antes de las presidenciales. La alta popularidad de Petro junto con meses de reuniones maratonianas explican los apoyos actuales. Sin embargo, las tensiones en el seno de la frágil coalición son evidentes y todo apunta a que será difícil sacar adelante las reformas más polémicas. Incluso su gabinete de gobierno incluye a políticos y tecnócratas de todo el espectro, desde conservadores hasta comunistas, lo que hacer prever fuertes disputas en el seno del gobierno. Las propuestas más radicales podrían, pues, diluirse por la falta de mayorías claras en el Legislativo. De hecho, ya se ha visto obligado a reducir la ambición de su proyecto inicial de reforma fiscal para intentar alcanzar los apoyos necesarios para su aprobación.