Cae Boris Johnson

La gota que colmó la paciencia de los tories ha sido el enésimo escándalo en el que se ha visto envuelto el mandatario. Hace unos meses, Johnson, nombró como número dos del grupo parlamentario conservador a su aliado político, Chris Pincher, a sabiendas de que pesaban sobre él distintas quejas por acoso sexual a colegas y asesores. El problema surgió cuando el primer ministro negó conocer el asunto y dio una explicación falsa a los medios de comunicación y a su propio equipo de gobierno. Esta estrategia de negación, que ya había utilizado anteriormente con el caso “partygate”, solo ha servido para minar su credibilidad y debilitarle aún más. Recordemos que Johnson fue objeto de una moción de censura hace alrededor de un mes, en la que más del 40% de los miembros de su partido votó en su contra. Entonces, Johnson, convencido de que había salvado los muebles y que era una “máquina de ganar elecciones” continuó en el cargo obviando el evidente malestar entre las filas de su partido. Hasta que sus propias mentiras le hicieron prisionero. Primero fueron sus ministros de Sanidad y Finanzas los que presentaron la carta de dimisión; a ellos les siguió una cascada de renuncias que obligó incluso a interrumpir la actividad parlamentaria en Westminster. Pese a que, inicialmente, el primer ministro intentó permanecer en el cargo, finalmente cedió a la presión y presentó su renuncia. Se pone fin así al mandato de un político que “llevó a cabo el Brexit”, firmó un Acuerdo de Salida que ha amenazado con vulnerar en reiteradas ocasiones y ha dejado a Reino Unido inmerso en una grave crisis política que no tiene visos de solucionarse próximamente. Comienza ahora la lucha por el cargo dentro del propio partido conservador para suceder a Johnson. Hasta el momento se han presentado más de una decena de candidatos, entre los que destacan el exministro de Economía, Rishi Sunak, o la responsable de Exteriores, Liz Truss.