Castillo, nuevo presidente de Perú

Tras una semana de incertidumbre, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) señaló al izquierdista como ganador al sumar el 50,168% de los sufragios cuando apenas faltan el 0,328% por contar, una distancia que su rival, la derechista Keiko Fujimori, no podrá superar. Sin embargo, en el momento de redacción de estas líneas aún falta que el Jurado Nacional Electoral (JNE) confirmé el resultado, lo que no hará hasta que se revisen las numerosas peticiones para suprimir votos impulsadas por Fujimori. La candidata conservadora ha anunciado que impugnaría el recuento en un intento de anular cerca de 200.000 votos bajo acusaciones de "fraude en mesa". No obstante, la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros organismos observadores electorales han descartaron la existencia de "graves irregularidades" en los comicios. Conviene recordar que Fujimori no solo se juega en los próximos días la presidencia, sino evitar un juicio por lavado de dinero en un caso vinculado a Odebrecht, por el que un fiscal le solicita más de 30 años de prisión ya que en la presidencia gozaría de inmunidad. Castillo, por su parte, ya se ha autoproclamado como ganador y ha prometido que formará "un gobierno con estabilidad financiera y económica". Entre sus propuestas figura la reforma de la Constitución para reforzar el papel del estado en la economía y aumentar la participación pública en los beneficios de las empresas mineras para financiar la sanidad y la educación. Sus detractores temen que algunas de sus medidas, muy poco concretas por el momento, puedan poner en peligro el modelo de libre mercado implementado desde hace tres décadas. Sin embargo, no olvidemos que Castillo tendrá que lidiar con un parlamento sumamente fragmentado integrado por diez partidos políticos y en el que su bancada, Perú Libre, contará con solo 37 de los 130 escaños de la cámara, lo que dificultará el avance de su polémica agenda.