19 jun 2022

Confinamiento petrolero

La grave crisis que aqueja al país y que obligó a declarar el default de la deuda externa ha empujado a las autoridades a tomar medidas drásticas de racionamiento que han recordado a los confinamientos anticovid.

El país de 22 millones de habitantes apenas cuenta con dólares para financiar incluso las importaciones más esenciales, incluido el combustible. Así, Sri Lanka cerró las escuelas y detuvo todos los servicios gubernamentales no esenciales desde el lunes 20 de junio, comenzando así un cierre de dos semanas con el objetivo de conservar las limitadas reservas de combustible. Las oficinas estatales trabajan con personal mínimo como parte de los planes del gobierno para reducir los desplazamientos y ahorrar gasolina y diésel. Los hospitales y el principal puerto marítimo de Colombo siguen funcionando. Cientos de miles de automovilistas permanecieron en largas filas para comprar gasolina en las estaciones de servicio a pesar de que el Ministerio de Energía anunció que no tendrán reservas de combustible nuevas durante al menos tres días más. En este precario contexto, llegó una misión del FMI a Colombo que desde el lunes 20 y durante 10 días negociará un acuerdo que parece crucial para reestablecer la solvencia del país.

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