16 may 2022
Contracción económica y expansión laboral
La economía británica camina inexorablemente hacia la temida estanflación.
De acuerdo con los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas, el PIB se contrajo un 0,1% entre febrero y marzo. Los servicios y el sector industrial explican el retroceso de la economía. Quizás lo más preocupante es que la contracción económica que se observó en marzo sigue al estancamiento que se registró en el mes de febrero y pone en serias dudas la recuperación de la economía británica. Lo cierto es que el buen desempeño que registró la economía británica el mes de enero ha compensado el deterioro posterior por lo que, en conjunto, el resultado del primer trimestre ha sido positivo con un incremento del 0,8% de la actividad frente al último trimestre del 2021. En paralelo, también se han hecho públicos los datos de empleo que hacen referencia al mismo período. Así pues, en el primer trimestre de 2022, la tasa de desempleo británico se situó en el 3,7% de la población activa, su nivel más bajo desde 1974. De hecho, el número de vacantes de empleo superó el millón y, por primera vez, hubo más ofertas de trabajo nuevas que personas en busca de empleo. Estos datos redoblan la presión sobre el Banco de Inglaterra que tiene por delante la compleja tarea de hacer frente a una tasa de inflación en máximos (7,25% en abril) mientras que la ausencia de mano de obra junto con el continuo incremento de los precios empuja a los trabajadores a pedir aumentos de sueldos. De esta forma, Reino Unido corre el riesgo de enfrentar efectos de segunda ronda, donde la inflación se traduce en subidas salariales y deriva en una espiral inflacionista más difícil de combatir. Para evitarlo, las autoridades monetarias están actuando con contundencia con cuatro subidas de tipos consecutivas en lo que va de año y no se descarta que se produzcan más en las próximas reuniones.