01 nov 2021
Crímenes contra la humanidad
Una comisión del Senado de Brasil aprobó, el pasado 26 de octubre, por siete votos a favor y cuatro en contra, solicitar que el presidente del país, Jair Bolsonaro, sea procesado por crímenes contra la humanidad y otros nueve delitos. La “estrategia macabra” del Gobierno federal ante la pandemia supuso 120.000 muertes que se podrían haber evitado, estima el informe final.
La comisión de investigación, tras analizar las acciones y omisiones del Ejecutivo durante seis meses, también solicita que otras 65 personas, incluidos ministros, exministros y tres hijos del mandatario, se sienten en el banquillo. El mandatario no ha tardado en reaccionar calificando la investigación parlamentaria de “una payasada” y de irresponsabilidad puesto que, en su opinión, penaliza la imagen de Brasil y desincentiva la inversión y el turismo. Todo apunta a que las acusaciones no tendrán ningún impacto judicial. Bolsonaro ha sabido rodearse de aliados en los puestos más relevantes. Tanto el fiscal general (Augusto Aras) como el presidente de la Cámara (Arthur Lira) fueron nombrados por el presidente. Al primero le compete analizar los delitos comunes atribuidos al presidente y el resto de los aforados; al segundo, los que podrían ameritar un proceso de impeachment. Una vez más, la independencia del poder judicial está en tela de juicio en Brasil. No sorprende, por tanto, que el Latinobarómetro 2021 haya señalado a la primera economía latinoamericana por la preocupante crisis de institucionalidad.
│Histórica subida de tipos
El banco central de Brasil sorprendió, el pasado 28 de octubre, con una subida histórica de tipos de 150 puntos básicos, hasta el 7,75%, el nivel más alto para el índice desde septiembre de 2017. La inflación registró un incremento del 10,25% en septiembre en términos interanuales, frente al 9,68% observado en agosto. Gran parte de este aumento obedece al incremento en los precios de los componentes más volátiles de la canasta si bien también hay presiones adicionales sobre productos y servicios asociados a la inflación subyacente. La máxima autoridad monetaria ha argumentado que los riesgos de no anclar las expectativas de inflación en el medio plazo han aumentado a causa de las dudas sobre el marco fiscal. Las preocupaciones del organismo se explican, en parte, por el polémico anuncio del ministro de economía, Paulo Guedes, de su intención de superar el techo de los gastos públicos, una de las principales garantías de la política de responsabilidad fiscal, para financiar un programa para distribuir subsidios a 17 millones de familias de escasos recursos en 2022, cuando Bolsonaro intentará la reelección. El banco central ha adelantado que para la próxima reunión prevé otro ajuste de la misma magnitud, con la intención de que la inflación converja hacia su meta del 3,75%, con un punto y medio de tolerancia al alza (5,25%) y a la baja (2,25%). Por otra parte, el organismo ha destacado que el entorno del escenario exterior se ha vuelto "menos favorable" por las presiones inflacionarias que pueden forzar a los responsables de política monetaria de diferentes países a aumentar el precio del dinero, un escenario muy complejo para las economías emergentes con elevados niveles de endeudamiento como es el casi de la primera economía latinoamericana.