10 abr 2022
Crisis alimentaria
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó la semana pasada del empeoramiento de la crisis que sufre el país africano.
De acuerdo a la institución, 7,7 millones de personas (alrededor del 63% de la población) se encuentran en una situación de preocupante inseguridad alimentaria. La escasez de alimentos es especialmente severa en los estados de Eastern Equatorial, Jonglei, Unity, Upper Nile y Warrap. La sucesión de sequías e inundaciones ha erosionado sustancialmente la actividad agrícola y ha provocado el desplazamiento de dos millones de personas. A esto se unen los constantes enfrentamientos armados entre el ejército y los grupos armados, a pesar del acuerdo de paz firmado en septiembre de 2018 entre el presidente del país, Salva Kiir, y el líder de los rebeldes, Riek Marchar. La OCHA señala que en los últimos meses han aumentado los ataques a los trabajadores humanitarios, un problema que está obstaculizando la distribución de alimentos. En este difícil contexto, el reciente acuerdo alcanzado hace una semana entre Kiir y Marchar para integrar a las milicias rebeldes en las fuerzas armadas supone un paso más para superar el conflicto. Aunque la normalización del país sigue estando muy lejos, la resolución de una de las principales divergencias entre el Estado y los rebeldes debería conducir, al menos, a una moderación de la tensión y, sobre todo, de los enfrentamientos.