11 abr 2021
Crisis en la frontera
La crisis migratoria en la frontera de Estados Unidos con México se agrava por momentos. En marzo de este año más de 171.000 personas, principalmente ciudadanos centroamericanos, fueron detenidas intentando entrar en la primera potencia mundial.
Se trata de la cifra más alta registrada para un solo mes en los últimos 15 años y con un dramático record también en el número de menores sin acompañantes. Ello ha desencadenado fuertes críticas de los sectores conservadores, que consideran que esta emergencia en el sur de la frontera ha sido provocada por las medidas aplicadas desde enero por el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Tal y como anunció en su campaña, la llegada de Biden a la presidencia ha supuesto un notable cambio en la política migratoria: detuvo de inmediato la construcción del muro, reforzó el programa que protege de la deportación a los jóvenes que llegaron al país siendo niños (conocidos como dreamers) y propuso una reforma legal que abriese el camino a la ciudadanía a millones de inmigrantes sin papeles. Además, ha suspendido los acuerdos de "tercer país seguro" que Trump firmó en 2019 con El Salvador, Guatemala y Honduras, que obligaban a quienes buscaran asilo en EE.UU. a hacerlo previamente en esos países. Su estrategia se basa en solucionar el problema en el origen, atacando las causas de la emigración desde América Latina. Para ello ha impulsado un plan para invertir hasta 4.000 mill.$ en cuatro años en Centroamérica para mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos y frenar así la emigración. No obstante, los efectos positivos de estas medidas pueden llevar meses o incluso años. La presión sobre Biden va en aumento y no se descarta que se vea obligado a rectificar alguna de las decisiones adoptadas e incluso finalizar la construcción del polémico muro.