21 abr 2024
Crisis hidroeléctrica
Colombia y Ecuador enfrentan una situación crítica por la sequía, que ha obligado a la imposición de racionamientos de agua o electricidad y a decretar la suspensión de jornadas laborales para ahorrar agua.
Las altas temperaturas y la falta de precipitaciones, exacerbadas por el fenómeno de El Niño, han causado una crisis en el sector energético de ambas naciones porque los embalses se acercan a su nivel mínimo. En Ecuador, donde la producción hidroeléctrica representa alrededor del 75% de la electricidad del país, el presidente Daniel Noboa decretó un estado de excepción la semana pasada. La medida, que durará 60 días, impone un racionamiento eléctrico y establece que militares y policías resguardarán las instalaciones para prevenir sabotajes, ataques terroristas u otras amenazas que puedan afectar su funcionamiento. Los desafíos en el sector no son nuevos; el expresidente Guillermo Lasso ya introdujo el racionamiento durante un período el año pasado y alcanzó un acuerdo de suministro energético con Colombia. Sin embargo, dado que ese país actualmente enfrenta una grave crisis hídrica, esa opción ya no está disponible. Según los datos presentados por el Ministerio de Colombia el pasado 15 de abril, durante el trimestre enero-marzo de este año 277 municipios y 24 departamentos del país han sufrido desabastecimiento de agua. En Bogotá el alcalde Carlos Fernando Galán anunció las jornadas de racionamiento el pasado 8 de abril, cuando el nivel de almacenamiento del Sistema Chingaza, responsable del suministro del 70% del agua de la ciudad en condiciones normales, se encontraba en un preocupante 17%. Los expertos señalan que estas crisis son síntomas de problemas más profundos relacionados con el cambio climático y la falta de infraestructuras adecuadas e instan a adoptar medidas a largo plazo para mejorar la eficiencia en el uso del agua para poder garantizar la seguridad hídrica en la región en el futuro.