03 abr 2022
Crisis política tras el bloqueo de la moción de censura
El primer ministro de Pakistán, Imran Khan, bloqueó una moción de censura que parecía iba a perder el pasado 3 de abril y aconsejó al presidente de la cámara baja disolver el legislativo y ordenar nuevas elecciones, alimentando la ira entre la oposición y profundizando la crisis política del país.
Sus acciones han creado una gran incertidumbre en Islamabad, con expertos constitucionales debatiendo su legalidad y reflexionando sobre las inciertas consecuencias de lo sucedido el domingo. El líder de la oposición, Shehbaz Sharif, calificó el bloqueo de la votación como "nada menos que alta traición" y dijo en Twitter que habría consecuencias por la "violación flagrante y descarada de la Constitución" y agregó que esperaba que la Corte Suprema defendiera la Constitución. Bilawal Bhutto Zardari, líder del opositor Partido Popular de Pakistán, prometió una sentada en el parlamento y dijo a los periodistas: "También nos trasladaremos a la Corte Suprema hoy". El presidente del Tribunal Supremo señaló el domingo por la noche que el tribunal escucharía el asunto esta semana y que cualquier instrucción dada por el presidente y el primer ministro estaría sujeta a las órdenes del tribunal. Así, a la difícil situación económica que vive el país se suma ahora una crisis política que posiblemente acabe en la convocatoria de elecciones o en la formación de un nuevo gobierno con escasos visos de estabilidad parlamentaria. La inflación alcanzó el 12% y la deuda externa asciende a 130.000 mill.$, que si bien supone un razonable 43% del PIB genera problemas por el rápido encarecimiento de las importaciones y la presión sobre el Banco Central para mantener la estabilidad del tipo de cambio. Pakistán mantiene un acuerdo con el FMI de 6.000 mill.$ firmado en 2019, que si bien ha tenido un cumplimiento irregular parece clave para que cualquier nuevo gobierno afronte el futuro con garantías de viabilidad financiera.