Déjà-vu en las elecciones francesas

Pese a que se trata de un resultado que ya anticipaban las encuestas, lo cierto es que el margen por el que Macron se ha impuesto, apenas 5 puntos, está ligeramente por encima de lo esperado. También ha sorprendido la abstención en esta primera vuelta, un 26% de los llamados a las urnas, la más elevada desde 2002. Además, los resultados confirman el descalabro de los dos partidos tradicionales, fundadores de la V República francesa, el Partido Socialista y el Republicano que, de forma conjunta, apenas suman el 7% del total de los votos. Parece, pues, que el eje ideológico derecha vs izquierda ha dejado de estar vigente en el escenario político francés. En su lugar, el nacionalismo y proteccionismo de Le Pen se enfrenta a las ideas europeístas y liberales de Macron. Se repite así el mismo escenario de las elecciones de 2017, pero con importantes matices; Macron ya no es el candidato desconocido de entonces y Le Pen ha optado por un discurso algo más moderado en la forma pero no en el fondo, puesto que mantiene sus propuestas extremas en cuestiones relacionadas con la religión o la inmigración. El fenómeno Zemmour que, con un posicionamiento incluso más radical que el de Le Pen, atrajo toda la atención mediática durante los primeros meses de la campaña electoral, ha perdido fuelle. Finalmente, ha logrado tan solo el 7,1% de los votos, situándose en cuarta posición, por detrás del líder de izquierda Jean-Luc Mélenchon, que ha obtenido el 22%. Sin duda, esos más de 2 millones de franceses que apostaron por Zemmour en esta ronda de las elecciones, en la segunda ronda se decantarán por Le Pen. La cuestión es si los votantes que apoyaron a Mélenchon, al Partido Republicano y al Partido Socialista preferirán que Emmanuel Macron repita al frente de la presidencia de Francia.