09 oct 2022
Desaceleración a la vista
El crecimiento económico se desacelerá en los próximos trimestres en México, pese al buen resultado de la primera mitad de 2022. Así lo ha destacado el FMI la semana pasada, tras una misión al país, aunque no ha hecho previsiones concretas, que se conocerán próximamente, cuando publique las nuevas perspectivas para la economía mundial.
La OCDE, por su parte, ya recortó en septiembre su previsión de crecimiento para 2023 del 2,1% al 1,5%. El debilitamiento de la actividad en Estados Unidos, la erosión de los ingresos generada por la inflación y el endurecimiento de las políticas fiscal y monetaria harán mella en la segunda economía latinoamericana. La institución señala que probablemente será necesario volver a subir la tasa de interés oficial en lo que resta de este año para hacer frente a las persistentes presiones en los precios. Banxico elevó al 9,25% la tasa de interés a finales de septiembre, y retrasó la fecha estimada de convergencia a la meta de inflación del 3% hasta el tercer trimestre de 2024. El FMI ha destacado el impacto de las medidas fiscales implantadas para mitigar la inflación, particularmente las que han ayudado a estabilizar el precio de los combustibles, que restaron al menos dos puntos porcentuales a la variación anual de la inflación, que actualmente se encuentra en un elevado 8,7%. Sin los subsidios al gas y la gasolina, la inflación habría alcanzado los dos dígitos. Esta medida, no obstante, ha tenido un coste equivalente a 1,4 puntos del PIB; recursos que se han obtenido de los ingresos extraordinarios generados gracias el elevado precio del petróleo. Por otra parte, el FMI ha alertado de que el aumento del salario mínimo que Obrador pretende aprobar el año que viene, el cuarto consecutivo desde que inició la administración, podría generar nuevas presiones sobre la inflación. Por último, la institución destacó que el país está bien posicionado para hacer frente al adverso entorno internacional gracias a la prudente política macroeconómica, con un adecuado manejo fiscal y monetario, pero señaló que una política energética más predecible y abierta a la participación privada impulsaría la competitividad y la inversión.