22 may 2022

Economía de guerra

La economía ucraniana continúa sufriendo las consecuencias de la guerra: desplazamientos, disrupciones comerciales y destrucción de las infraestructuras.

Se estima que alrededor de la mitad de la población, 26 millones de personas, se han visto, de alguna forma, afectados por el conflicto. Además, la guerra tendrá un coste económico que, evidentemente, dependerá de su duración. Mientras que, en 2021, el PIB ucraniano registró un incremento del 3,4% resultado de un año de cosecha muy favorable, este año se prevé una contracción de entre el 30 y el 50%, dependiendo de la fuente que se consulte (el FMI estima que será del 35%, mientras que el Banco Mundial considera que se hundirá hasta el 45%). La mayor parte del daño económico se concentra en las zonas del sur y el este del país donde, actualmente, se desarrollan los enfrentamientos. Se trata de una región que supone alrededor de dos tercios del PIB nacional puesto que alberga las grandes zonas productoras de cereales, así como las zonas de producción minera. Desde el punto de vista comercial, la pérdida de control del puerto de Mariúpol y del mar de Azov en general está teniendo importantes consecuencias para el transporte de mercancías. Las autoridades ucranianas están tratando de dar salida a la producción agraria de este año por vía ferroviaria pero la infraestructura no tiene capacidad suficiente. Eso en relación a la cosecha de 2021/22. Sin embargo, las consecuencias de la guerra se sentirán de forma más aguda incluso el año que viene. El Ejecutivo ucraniano estima que la cosecha de este año será un 20% menor que la del año pasado y la FAO considera que alrededor de un tercio de la superficie no será cultivada este año lo que tendrá un efecto devastador en las cadenas de suministro globales ya que Ucrania representa alrededor del 12% de la oferta de trigo y el 17% de la de maíz a nivel mundial.

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