21 feb 2021
El cambio que nunca llega
La pasada semana se celebró la VI Asamblea Popular de toda Bielorrusia, auspiciada por el presidente Alexander Lukasehnko con el objetivo de debatir los desafíos que enfrenta el país y establecer las líneas de actuación para el próximo quinquenio 2021-2025.
Se esperaba que el presidente hiciese alusión al cambio constitucional que había prometido hace unos meses para apaciguar las protestas en las calles. Recordemos que el pasado mes de agosto, tras la celebración de las elecciones presidenciales, estalló una grave crisis política que exigía la dimisión del presidente. En aquel momento Lukashenko, se comprometió a celebrar un referéndum constitucional que allanase el terreno de cara a una futura transición política. Seis meses más tarde la situación apenas ha cambiado: las protestas continúan y Lukashenko no ha mostrado ninguna intención de abandonar el poder. Más bien al contrario, el presidente aprovechó sus dos intervenciones en la Asamblea Popular para cargar contra Occidente, a quien culpa de las protestas, e hizo referencia a Rusia, a quien llama a crear un frente unido para luchar contra las amenazas externas. Únicamente hizo una vaga alusión a un posible cambio constitucional en 2022, tras el cual podría abandonar el poder siempre que hubiese “paz y orden”. De esta forma, el mandatario, conocido como “el último dictador de Europa” retrasa, una vez más, cualquier posibilidad de cambio en el país.