15 oct 2023
El invierno económico
El Fondo Monetario Internacional publicó el pasado 10 de octubre la última actualización de su informe “Perspectivas de la economía mundial” (WEO, por sus siglas en inglés), que señala un enfriamiento generalizado de la actividad económica.
El crecimiento mundial se moderará en 2023 hasta el 3%, medio punto porcentual menos que el año pasado. Para 2024 las previsiones se han revisado ligeramente a la baja, hasta el 2,9%, como consecuencia del endurecimiento de la política monetaria. Así pues, el ritmo de variación del PIB seguirá, un año más, por debajo de la media histórica registrada entre 2000-2019 (3,8% anual). El enfriamiento de la actividad económica será especialmente intenso en Europa. El Fondo ha revisado a la baja las previsiones y calcula que la eurozona registrará un discreto crecimiento tanto en 2023 (0,7%) como en 2024 (1,2%). En el caso de Estados Unidos la desaceleración será menor de lo previsto inicialmente (2,1% en 2023 y 1,5% en 2024), gracias al buen comportamiento de la inversión. Las previsiones son algo más favorables para las economías en desarrollo, con un dinamismo estimado en torno al 4%, tanto en 2023 como en 2024. Ahora bien, las últimas estimaciones apuntan a un crecimiento menor de lo esperado en China (5% en 2023 y 4,2% en 2024), como consecuencia de los problemas que arrastra el sector inmobiliario y la atonía de la demanda interna. Respecto a la variación de precios, el FMI prevé que la inflación mundial se moderará en 2024 hasta el 5,8%, debido a las subidas de los tipos de interés y al alejamiento de los precios de las materias primas de los máximos alcanzados en 2022. Entre los principales riesgos que podrían alterar estas previsiones, el FMI destaca la posibilidad de que se produzcan nuevos acontecimientos negativos de orden geopolítico (las estimaciones se realizaron antes de la reactivación del conflicto entre Israel y Hamás), o un empeoramiento de la crisis del sector inmobiliario en China, un escenario que podría lastrar el crecimiento del gigante asiático y de los países exportadores de materias primas. Asimismo, el Fondo advierte de la delicada posición de solvencia de más de la mitad de los países en desarrollo, que se ha agravado como consecuencia del endurecimiento de las condiciones financieras. Estas economías tienen una capacidad de maniobra muy estrecha para enderezar las cuentas públicas, por lo que no se pueden descartar que se produzcan, en algunos casos, tensiones en el cumplimiento de las obligaciones crediticias.