29 may 2022

Elecciones presidenciales

Más de 39 millones de colombianos estaban llamados a las urnas el pasado 29 de mayo para elegir al futuro presidente de Colombia en un contexto de profunda polarización política a causa del descontento social derivado de la inequidad y la pobreza. La apuesta por el cambio se ha impuesto en esta primera vuelta que ha contado con una participación del 54,9%, la más alta desde la década de los 70.

Gustavo Petro y Rodolfo Hernández han logrado un apoyo del  40% y el 28% del electorado, respectivamente, con lo que se enfrentarán en una segunda vuelta el próximo 19 de junio. El gran derrotado de la jornada fue el candidato de la derecha, Federico Fico Gutiérrez que tan solo logró el 24% de los votos. El exalcalde de Medellín ha sido identificado como el continuismo al contar con el apoyo del uribismo y de los dos grandes partidos tradicionales, el Conservador y el Liberal, que decidieron cerrar filas con él ante el avance de Petro. Tras reconocer su derrota,  Gutiérrez dio su apoyo a Hernández lo que podría complicar las cosas para el líder del Pacto Histórico.

Petro, el candidato de la izquierda

Petro ha enarbolado la bandera del cambio en un país donde gobiernan "los de siempre", como él mismo suele decir. El líder del Pacto Histórico ha sabido atender a muchas demandas de la población; la agenda verde es uno de los pilares de su programa, se ha acercado a la  comunidad LGBT y su vicepresidenta, Francia Márquez, es mujer, negra y activista por los derechos ambientales. Entre sus propuestas económicas figuran la de redistribuir los fondos de pensiones y pagarle a tres millones de personas que no cuentan con uno, así como aumentar los impuestos a los más ricos y ampliar los programas sociales a los más necesitados. Sin embargo, su propuesta más ambiciosa es la de paralizar todos los proyectos petroleros e iniciar una transición energética. Un objetivo difícil de alcanzar en un país muy dependiente de los hidrocarburos; el crudo supone casi el 50% de las exportaciones y el 10% de los ingresos del Estado. No sorprende que su triunfo despierte mucha inquietud entre la comunidad empresarial y filas del centro y la derecha que en esta segunda vuelta encarnaran con fuerza el voto “anti-Petro”. Incluso hay inversores en el sector inmobiliario y de los hidrocarburos que han incluido en los contratos una "cláusula Petro" que supedita el cumplimiento a que el exalcalde de Bogotá no llegue al poder. Tampoco ayuda el pasado guerrillero de Petro con el M-19 al que se unió a finales de los 70 (fue arrestado en 1985 y condenado a 2 años de cárcel). El candidato, en su defensa, argumenta que él favoreció precisamente que el grupo abandonara las armas en los años 90.

Rodolfo Hernández, el candidato antisistema

Hernández, de 77 años, ha hecho de la lucha contra la corrupción el eje de su campaña con constantes alusiones a lo que llama "políticos ladrones". Este empresario de la construcción ha intentado evitar ser encasillado bajo las etiquetas de derecha o izquierda. En un intento de tomar distancia con el establishment también ha evitado participar en los debates públicos. Su programa incluye recortar los gastos de políticos y reducir las embajadas, aumentar el presupuesto dedicado a la educación y la creación de una Renta Básica que concentre en un solo pago familiar todos los subsidios existentes en el país. En su contra juega que se encuentre bajo investigación por un caso de contratación ilegal durante su gestión como alcalde que está aún por dirimirse en los juzgados, máxime tenido en cuenta su cruzada contra la corrupción. Todo apunta que en las próximas semanas se aproximará algo más hacia la derecha al tener que enfrentarse al izquierdista Petro en busca del antivoto que genera el exguerrillero, el favorito y el ganador de la primera vuelta.

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