¿Energía nuclear sí o no?

No es la primera vez que el mandatario muestra su interés en el desarrollo de este tipo de energía a la que considera fundamental para cubrir las necesidades energéticas del país. Actualmente el carbón supone la principal fuente de generación eléctrica (70% del total), seguido del gas natural (20%) y, por último, de las energías renovables que completan la oferta total. Sin embargo, para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones contemplados en el Acuerdo de París en 2016, el país deberá acelerar la transición energética hacia otro tipo de fuentes. Es en este contexto en el que vuelve a surgir la posibilidad de impulsar el desarrollo de la energía nuclear. Lo cierto es que Kazajstán se encuentra en una posición privilegiada para convertirse en uno de los mayores productores de energía nuclear ya que es el mayor productor de uranio del mundo (concentra el 41% de la oferta global). No obstante, será complicado superar las resistencias sociales que suscita la energía nuclear en el país ya que, durante el dominio soviético, Kazajstán albergó la planta nuclear de Semipalatinsk donde, durante 40 años, se llevaron a cabo más de 400 pruebas radiactivas a espaldas de la población, que estuvo expuesta a unos niveles radiactivos perjudiciales para su salud. Algunos ven la mano de Rusia detrás de todo esto ya que, en 2019, el presidente Vladimir Putin ofreció a las autoridades el apoyo técnico y logístico de la empresa estatal rusa Rosatom, uno de los mayores exportadores de tecnología nuclear del mundo. Ciertamente, no es la primera vez que Rusia hace uso de los contratos nucleares (cuya duración es de más de 40 años) para reforzar su presencia geopolítica en la región de Asia Central.