01 nov 2021
España, víctima indirecta
El presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, ha dado la orden de no renovar el contrato con Marruecos, que vencía poco antes de la medianoche del pasado día uno de noviembre, por el que se transportaba a España gas a través del gasoducto Magreb-Europa GME, una infraestructura de 1.400 kilómetros construida hace un cuarto de siglo, de los cuales 540 atraviesan territorio marroquí.
Con esta decisión, Argelia ha querido castigar a Marruecos –con quien rompió toda relación diplomática hace escasas semanas- privándole de los ingresos que percibía anualmente de su vecino en concepto de “derechos de tránsito”, unos ingresos que oscilaban entre los 50 y los 200 millones de euros, en función de la cantidad de gas suministrada. Sin embargo, la gran perjudicada va a ser indirectamente España. Es cierto que las autoridades argelinas han dicho que intentarán compensar el cierre de la citada tubería aumentando la cantidad suministrada a España a través del gasoducto Medgaz, que une directamente Argelia con Almería a través del Mediterráneo. Sin embargo, va a ser difícil que los trabajos de ampliación de la citada tubería, con los que se pretende aumentar el flujo de gas de 8.000 a 10.000 millones de metros cúbicos, estén listos antes de la llegada del invierno. España deberá, por tanto, intentar suplir los 6.000 millones de metros cúbicos de gas que recibía a través del gasoducto Magreb-Europa GME ahora cerrado incrementando sus compras de GNL. Sin embargo, el momento para ello es malo ya que, debido a la elevada demanda de GNL procedente de Asia, el precio de los fletes se ha incrementado muchísimo. España, pues, está de manera indirecta, pagando su fuerte dependencia energética de un socio no siempre fiable como es Argelia, quien suministra a la península en torno al 50% de todo el gas que consume.