03 sep 2023

Estímulos insuficientes para una economía en desaceleración

La economía china sigue registrando datos de crecimiento preocupantes, que hacen dudar de que pueda alcanzar el objetivo de crecimiento del 5% del PIB para 2023 establecido por las autoridades.

El crecimiento del valor añadido industrial se desaceleró hasta el 3,7% interanual en julio, mientras que el crecimiento de la inversión y las ventas al por menor en lo que va de año se ralentizaron hasta el 3,4% y el 2,5%, respectivamente. Pero los signos más alarmantes provienen de los sectores exterior e inmobiliario. Las exportaciones y las importaciones se contrajeron un 14,5% y un 12,4%, respectivamente en julio. Asimismo, los precios de la vivienda nueva se contrajeron nuevamente en las ciudades de segundo nivel y tercer nivel. Los problemas de solvencia entre los grandes promotores siguen presentes, como lo demuestra que el gigante inmobiliario Evergrande, que está inmerso en un complejo proceso de reestructuración de deuda desde su default en 2021, se acogiera en agosto al capítulo 15 de la Ley de Quiebras estadounidense para proteger sus activos en EE.UU., lo que provocó su enésimo desplome bursátil. Por otra parte, el índice de precios al consumo entró en terreno negativo, con un descenso del 0,3%, lo que indica un claro enfriamiento de la segunda economía mundial. En respuesta, la principal medida puesta en marcha hasta el momento ha sido una tímida rebaja de tipos de interés. El banco central recortó 15 puntos básicos el tipo de interés oficial, la facilidad de crédito a medio plazo a un año, y 10 puntos básicos el tipo de interés preferencial a un año, el tipo de referencia para los préstamos. Se trata de rebajas muy modestas; seguramente el Banco Central se ve influenciado por la preocupación ante la caída del yuan, que cotiza claramente en los últimos meses por encima de la barrera de los 7 Rmb/$. El gobierno central por el momento sigue evitando, a pesar de la creciente presión, introducir grandes estímulos fiscales, debido a la preocupación que suscita la deuda pública, especialmente a nivel local. Sin embargo, dado que la crisis inmobiliaria es seguramente el mayor lastre para la economía, es probable que en los próximos meses las autoridades centrales flexibilicen aún más las políticas inmobiliarias, incluidos los tipos hipotecarios, los requisitos de pago inicial y las restricciones a la compra de viviendas.

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