05 jun 2022
Fuerte crecimiento económico
La economía colombiana creció un 8,5% en el primer trimestre, comparado con el mismo periodo de 2021, una cifra por encima de las expectativas y que lo posiciona como uno de los países más dinámicos de la región y de la OCDE. El consumo privado, con una expansión del 12,4% interanual, ha sido el principal motor de crecimiento gracias a la recuperación del empleo y a la fortaleza de las remesas a pesar del desafío que suponen las elevadas cifras de inflación (un 9,1% en mayo).
La inversión está ganando tracción pero todavía se encuentra por debajo de los niveles de prepandemia. El tipo de cambio flexible, la credibilidad del banco central, una supervisión efectiva del sector financiero y unas adecuadas reglas fiscales explican la capacidad del país de hacer frente a shocks externos. El FMI prevé que el país finalice el año con una expansión del 5,8%, tras el fuerte repunte del año pasado (10,6% de expansión del PIB). Entre los principales riesgos figuran, en primer lugar, la incertidumbre acerca de la evolución del conflicto en Ucrania y su impacto sobre el crecimiento mundial, los mercados financieros y los precios de las materias primas y alimentos. A ello se suman los riesgos asociados a la elevadísima inflación en muchas economías y los ritmos a los que los respectivos bancos centrales subirán los tipos de interés. En el caso de que la Reserva Federal aumente el precio del dinero con mayor rapidez de lo esperado ello lastraría el crecimiento mundial y podría precipitar una salida de capitales de los países emergentes. Colombia, a causa de sus elevadas necesidades de financiación, es vulnerable a un incremento en las primas de riesgo.
│Impacto de la guerra de Ucrania
Los canales directos de impacto de la crisis no son relevantes para la economía colombiana dado que los vínculos comerciales y financieros del país con Rusia y con Ucrania no son significativos. Sin embargo, sí va a verse afectado por el aumento de los precios del petróleo, las cotizaciones de algunos productos e insumos agrícolas y el incremento en la aversión al riesgo en los mercados financieros. En el caso del petróleo, como país exportador neto, se verá beneficiado. De hecho, el FMI ha ajustado al alza su previsión de crecimiento para este año en cuatro décimas de punto hasta el 5,8%. Sin embargo, la producción de petróleo continúa todavía su senda de recuperación de los efectos de la crisis social del año pasado y, a corto plazo, el país tiene una capacidad limitada para aumentarla y beneficiarse de las subidas de precios. En cualquier caso, las cuentas públicas y exteriores se espera que mejoren. El petróleo y el carbón representan en torno a la mitad de las exportaciones con lo que la escalada en los precios de estos productos mejorarán de forma notable los ingresos externos. El FMI cuantifica el impacto de este efecto en una reducción del déficit exterior desde el 5,7% en 2021 hasta el 3,3% este año. En paralelo, las necesidades de financiación caerán desde el 18% del PIB en 2021 hasta alrededor del 14% este año y en 2023.