Guerra híbrida

Se trata de una de las múltiples formas en las que Rusia intenta desestabilizar a los países vecinos en lo que se considera una guerra híbrida. Donald Tusk, el primer ministro polaco adelantó que va a crear una zona de seguridad y a destinar 2.500 millones de euros a fortificar las fronteras entre Polonia y Bielorrusia y el enclave ruso de Kaliningrado. Las medidas responden a los incidentes que tuvieron lugar hace dos semanas en la frontera cuando un soldado polaco fue apuñalado por un migrante que se encontraba al otro lado de la valla fronteriza. De acuerdo con las autoridades, el 90% de los inmigrantes que han intentado cruzar la frontera oriental durante las últimas semanas contaban con visas rusas, pese a que procedían de Oriente Medio o África. No es la primera vez que Rusia lleva a cabo acciones de este tipo, ya ocurrió en 2021 cuando pagó pasajes a los inmigrantes y los trasladó en la frontera con Polonia para aumentar artificialmente la presión migratoria sobre la UE. Estas acciones se suman a los continuados actos hostiles que Moscú ha conseguido llevar a cabo en territorio de la OTAN, desde campañas de desinformación, actos de violencia o ataques cibernéticos, tal y como ha alertado la Alianza en distintas ocasiones.