25 abr 2021
Iberoamérica frente al reto del coronavirus
La XXVII Cumbre Iberoamericana, inicialmente prevista para noviembre de 2020 pero pospuesta por la emergencia sanitaria, se ha celebrado los pasados días 20 y 21 de abril en Andorra con la asistencia de 18 mandatarios a nivel de Jefes de Estado y de Gobierno o Vicepresidentes y bajo el lema “Innovación para el desarrollo sostenible – Objetivo 2030.
Iberoamérica frente al reto del coronavirus”. Los mandatarios abogaron por el fortalecimiento del multilateralismo y acordaron medidas sanitarias, económicas, sociales y ambientales para apoyar la recuperación de Iberoamérica ante la crisis del covid-19. En el ámbito sanitario, se destacó la necesidad de garantizar el derecho a la salud a través del acceso equitativo, transparente, oportuno y universal a las vacunas en la respuesta a pandemias y otras emergencias sanitarias. América Latina, con más de 27 millones de contagios y más de 800.0000 muertos a mediados de abril de 2021, es una de las regiones más devastadas por la covid-19. La cifra en términos relativos a la densidad de población es dramática: con poco más del 8% de la población del planeta tiene casi el 20 % de contagiados y casi el 30 % de los fallecidos. A ello se suman unos ritmos de vacunación muy decepcionantes. Destacan Chile y Uruguay que con más del 42% y 33 % de la población con una primera dosis administrada, respectivamente, son una clara excepción en una región donde pocos países alcanzan el 15% y algunos como Cuba y Haití no han empezado.
│El elevado endeudamiento, un tema crucial
Otro tema de especial preocupación en la cumbre fueron los elevados niveles de deuda y su financiación. Varios países de la región se enfrentan a problemas para hacer frente a los calendarios de amortizaciones de la deuda. De hecho, Argentina y Ecuador ya se han visto obligados a renegociar su deuda el año pasado. Es indiscutible que la pandemia ha asestado un duro golpe a las finanzas públicas de la región. Por una parte, los ingresos se han desplomado tras meses de paralización de gran parte de las actividades económicas y, muy especialmente, del turismo. Por otra, los gastos se han disparado por la necesidad de aplicar paquetes de estímulos fiscales para intentar paliar los devastadores efectos de la crisis, todo ello a pesar de que muchos países ya partían de niveles de deuda elevados antes de que estallará la pandemia. En este contexto algunos países han defendido la creación de un posible mecanismo o marco multilateral que permita que, en las condiciones de la deuda (incluyendo la deuda soberana), se incorporen las situaciones derivadas de crisis sistémicas. Y que asimismo valore, junto a los derechos e intereses de los acreedores, las necesidades de crecimiento y bienestar de los países afectados en una perspectiva de sostenibilidad a medio y largo plazo.