23 ene 2022
Indicios de desestabilización
A la presión militar que Rusia mantiene sobre la frontera con Ucrania se le han unido otras formas de desestabilización que no hacen sino agravar la tensión entre ambos países.
La pasada semana el gobierno de Kiev alertaba de un ciberataque a gran escala sobre las webs de las principales instituciones del país donde se incluían mensajes amenazantes “tened miedo y esperad lo peor”. Además, de acuerdo con la información difundida por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido, el Kremlin estaría tanteando a distintas personalidades del contexto político ruso para impulsar un gobierno títere y mantener el control sobre Kiev. Londres apunta a Yevhen Murayev como posible candidato para liderar el Ejecutivo respaldado por Moscú, un empresario de perfil bajo que fundó su propio partido Nashi, de tendencia prorrusa. Si bien distintos analistas piensan que Reino Unido se ha equivocado de candidato, ven viable la posibilidad de que Rusia vaya a interferir en la escena política ucraniana. Mientras, el ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el Secretario de Estado de Estados Unidos, mantuvieron una reunión la pasada semana para continuar con la vía del diálogo, pese a que la presión militar va creciendo a ambos lados de la frontera con Ucrania. Las más de 100.000 tropas rusas desplazadas en la frontera, se enfrentan al ejército ucraniano de apenas 200.000 militares. La OTAN ya ha anunciado que no enviará tropas si bien las repúblicas bálticas, Reino Unido y otros miembros de la OTAN están enviando, a título individual, ayuda militar. Lo cierto es que no existe una posición uniforme entre los distintos miembros de la Organización. Destaca, por ejemplo, la postura de Alemania que ha rechazado el envío de armamento a terceros países. Una divergencia de posiciones que no hace sino beneficiar al Kremlin quien es experto en ahondar en las fracturas de la UE. El 24 de enero Estados Unidos y Reino Unido han ordenado a los trabajadores no esenciales y a los familiares de los diplomáticos de su embajada en Kiev que abandonen el país, una decisión que hace temer lo peor.