23 abr 2023
Intensificación de la violencia
Continúa la feroz lucha entre el ejército de Sudán y las fuerzas paramilitares RSF (Rapid Support Forces) por el control de Jartum.
También se están produciendo combates en otras zonas, principalmente en Darfur y en el norte del país. Recordemos que el estallido de violencia ha sido la culminación de la rivalidad entre Abdel Fattah al-Burham, jefe de las Fuerzas Armadas y líder de la Junta Militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de 2021, y Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti, cabeza de las RSF. Los enfrentamientos se han cobrado ya más de 400 muertes civiles y las Naciones Unidas han declarado que la situación humanitaria en el país es “catastrófica”, apremiando a ambas partes a terminar con la violencia. A lo largo de la semana de combates se han declarado varios alto el fuego, que no han sido respetados por ninguno de los bandos. El principal temor es que los enfrentamientos puedan escalar a una guerra civil, e incluso dar lugar a una intervención de otros países de la inestable región. Egipto, que comparte la frontera norte de Sudán, no ha adoptado todavía una posición clara, pese a su cercana relación con el Ejército sudanés; entre las posibles razones está el supuesto respaldo a Hemedti y las RSF por parte de los Emiratos Árabes, uno de los principales apoyos financieros de El Cairo. En Libia, el general Jalifa Haftar ha negado que esté ayudando militarmente a las RSF, aunque imágenes de satélite muestran un incremento de la actividad en bases aéreas libias también utilizadas por el grupo paramilitar ruso Wagner, presente en Sudán desde 2017 y cercano también a Hemedti, lo que podría indicar que tanto libios como rusos se estén preparando para una intervención. Mientras tanto, la Unión Europea, China y Estados Unidos, entre otros países, ya han comenzado las labores de repatriación de sus ciudadanos en Sudán.