04 sep 2022
Intento de asesinato
El intento de asesinato de la actual vicepresidenta y presidenta durante ocho años (2007-2015), ha exacerbado la polarización política en Argentina. El pasado 1 de septiembre un hombre de 35 años apuntó con una pistola a la cabeza de Cristina Fernández de Kirchner pero, al disparar, el arma se encasquilló.
Fue inmediatamente detenido y se ha negado a declarar. Aunque los informes iniciales enfatizaron que era ciudadano brasileño, su madre es argentina y ha vivido en el país desde la infancia, lo que minimiza cualquier hipotética conexión brasileña con el crimen. El presidente, Alberto Fernández, y el resto del espectro político han repudiado el atentado. Sin embargo, en la calle, las opiniones están divididas entre los que creen que Kirchner es una víctima de los discursos de odio y quienes consideran que el atentado es un montaje que busca impulsar su popularidad y distraer de las acusaciones de abuso de poder que pesan contra ella. En efecto, la fiscalía ha pedido 12 años de cárcel e inhabilitación perpetua para Kirchner al considerarla la "jefa" de una trama de "corrupción sistemática" en torno a las obras públicas que causó al Estado un perjuicio millonario. En este proceso se juzgan las presuntas irregularidades en la concesión de 51 obras públicas en la provincia de Santa Cruz a firmas propiedad del empresario Lázaro Báez durante los gobiernos del fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015). Por su parte, el Gobierno ha expresado su "solidaridad" con la vicepresidenta frente a "esta persecución que se enmarca en intentos similares llevados adelante contra otros líderes populares cuando la Justicia se pone al servicio de poderes fácticos".