12 may 2024
La economía al servicio de la guerra
En 2023, el PIB ruso creció a un ritmo del 3,6% y, para 2024, está previsto que se expanda al 3%.
Además, los distintos paquetes de sanciones adoptados tanto por la Unión Europea como por Estados Unidos, pese a que se espera que tengan un fuerte impacto en el crecimiento potencial a largo plazo, no han logrado hundir la economía rusa tal y como anunciaban. La introducción de la limitación del precio del petróleo no ha impedido que Rusia haya aumentado sus ingresos petroleros y, aunque los controles a las exportaciones dificultan y encarecen la producción militar rusa, no han conseguido frenarla. Más bien al contrario. El gasto militar ruso actualmente supera los 100.000 mill.$, equivalente al 6% del PIB y se cree que podría ser incluso mayor, dada la opacidad de las cuentas públicas. Antes de la guerra, Rusia contaba con 2.000 empresas industriales, ahora supera las 6.000. Más de 3 millones de personas trabajan sin descanso en estas compañías, en tres turnos, seis días a la semana. Las industrias metalúrgicas, química y de maquinaria pesada también están funcionando a todo gas para dar respuesta a las necesidades derivadas del conflicto. La tasa de paro, por su parte, se encuentra en el 2,8%, el mínimo histórico, debido en parte a las elevadas pérdidas humanas en el conflicto y a la llamada a filas de parte de la población en edad de trabajar. En definitiva, parece que el conflicto de Ucrania, más que hundir la economía rusa, la está impulsando.