La guerra continúa

Escapando del asedio de las RSF a la capital del país, Jartum, epicentro de los enfrentamientos, Al Burham se ha establecido en Puerto Sudán, a orillas del mar Rojo, ciudad que actúa ahora como capital provisional. En paralelo, Hemedti ha amenazado con formar un nuevo gobierno, que denominó “una autoridad civil auténtica”, con base en Jartum. Al mismo tiempo, las Fuerzas Nacionales Sudanesas, una coalición de partidos y grupos opositores, anunciaron la formación de un gobierno civil transicional. La existencia de diversos “gobiernos” complicará los esfuerzos de mediación, por lo que se teme que el conflicto se enquiste, algo que se vería favorecido también por la delimitación geográfica más clara de ambos bandos, con lo que la guerra podría tomar una forma más tradicional. Todo ello no hará sino aumentar el sufrimiento de la castigada población: son ya más de 4,5 millones de sudaneses desplazados, mientras que se calcula que las víctimas mortales podrían ascender a más de 5.000. La ONU también advierte del riesgo de hambruna al que se enfrenta la ciudadanía sudanesa.