10 jul 2022

La locomotora alemana se apaga

Alemania registró el pasado mes de mayo su primer déficit comercial en más de tres décadas, de acuerdo con los datos publicados por la Oficina Federal de Estadísticas.

Las exportaciones cayeron un 0,5% respecto al mes anterior, mientras las importaciones aumentaron un 2,7% en el mismo período, lo que se tradujo en un desequilibrio comercial de unos 1.000 millones de €. Pese a que no se trata de una cifra demasiado elevada, el dato esconde una situación mucho más compleja. La industria exportadora del país, uno de los pilares sobre los que se asienta el modelo económico alemán, tiene visos de agotamiento.  En 2019, el volumen de fabricación alemana se situaba en el mismo nivel que en la década anterior y las empresas alemanas habían perdido la carrera tecnológica frente a otras de procedencia china o estadounidense. No es de extrañar si se tiene en cuenta la escasa inversión pública en I+D que ha hecho el Ejecutivo, a pesar de contar con recursos para hacerlo. Ahorrar en vez de invertir, esa ha sido la estrategia de Berlín. A estas deficiencias estructurares se les suma ahora el encarecimiento de los precios de la energía que, en el mes de mayo, fueron un 90% más elevados que en el mismo mes del año anterior y siguen una trayectoria alcista. Un incremento que también se ha trasladado a los precios industriales y, evidentemente a la inflación, alrededor del 9% en el mes de mayo.

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