29 sep 2024

La peor sequía en siete décadas

Brasil se enfrenta a la sequía más intensa y prolongada desde que se iniciaron los registros en 1950. La sequía afecta al 58% del país y está provocando una reducción significativa en el caudal de los ríos, con el consiguiente impacto en la agricultura, el comercio exterior y la generación de energía hidroeléctrica, que representa más del 70% de la matriz energética del país.

. Este fenómeno ha desatado, además, un aumento en la propagación de incendios forestales, resultando en la pérdida de millones de hectáreas. El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha aprobado medidas de emergencia, como la asignación de fondos y la contratación de bomberos, pero las divisiones políticas y las restricciones fiscales complican una respuesta eficaz.

Todavía es muy pronto para estimar con precisión el impacto de estos fenómenos en el crecimiento económico. Las previsiones elaboradas antes del verano apuntaban a una desaceleración del crecimiento para este año, con estimaciones que varían entre el 2,1% del FMI y el 2,3% del Banco Central. Sin embargo, en vista de la gravedad de la sequía es probable que los resultados sean finalmente peores. Esta ralentización obedece a varios factores: en primer lugar, se espera un impulso fiscal menor en comparación con 2023, debido a la necesidad de reducir el déficit público; en segundo lugar, las inundaciones en Río Grande do Sul han afectado significativamente la producción agrícola; y, finalmente, los tipos de interés siguen siendo restrictivos, para alinear la inflación con el objetivo del banco central. Además, la combinación de sequías e incendios va a ejercer presión sobre los precios, ya que la reducción en la producción agrícola y la necesidad de recurrir a fuentes de energía más costosas impactarán de forma preocupante en el coste de la cesta de la compra.

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