08 nov 2020
Más tragedia
El huracán Eta ha golpeado Centroamérica dejando a su paso destrozos materiales por valor de cientos de millones de dólares, medio millón de desplazados y 90 fallecidos. Los países más afectados han sido México, Honduras y Guatemala y, aunque la tormenta ha perdido potencia a su paso por el continente, se anticipa que una vez esté de vuelta en el Caribe se dirija hacia Cuba y después Florida.
Lo cierto es que el Eta no podría haber llegado en peor momento para los países de la zona. Según las previsiones del FMI, la economía de Centroamérica se contraerá de media un 5,9% en 2020, lastrada por la caída de la demanda global de materias primas, las menores remesas recibidas desde EE.UU, reducidas en un 20%, y muy especialmente por el desplome en el turismo. En 2021 se espera un repunte en el crecimiento del 3,6%, algo que debe ser interpretado con un optimismo comedido: el ingreso real per cápita no volverá a niveles previos a la pandemia hasta 2025. El huracán ha demostrado nuevamente la fragilidad de la región ante los desastres naturales y la necesidad de adoptar medidas para aumentar su resistencia ante este tipo de fenómenos meteorológicos. Además, el aumento de la pobreza derivado de los efectos del huracán y la covid-19 hacen preveer un aumento de los flujos migratorios con rumbo norte, lo cual exigirá una colaboración activa de la nueva administración estadounidense para su adecuada gestión.