Michel Barnier se estrena al frente del Ejecutivo en Francia

El exnegociador de la UE puso en evidencia en su discurso inaugural los enormes problemas que enfrentan las cuentas públicas francesas, que registran un déficit del 6% del PIB. Con el objetivo de reducirlo, las autoridades han anunciado que incrementarán los impuestos a las familias que ganen más de 500.000 euros al año y a las grandes empresas. De forma paralela, el nuevo Ejecutivo planea realizar importantes recortes fiscales, de entre 25.000 a 30.000 mill.€, la cifra exacta se dará a conocer una vez se presenten los nuevos presupuestos. Los costes de endeudamiento franceses ya se sitúan en niveles similares a los de España y Grecia y la agencia de rating S&P rebajó el rating del país de AA a AA- el pasado mes de mayo. El objetivo de Barnier es reducir el desequilibrio en las cuentas públicas al 5% en 2025 y continuar con los planes de consolidación fiscal hasta situarlo en el 3% en 2029. Barnier se enfrenta a la dura tarea de sanear las finanzas públicas con un gobierno en minoría y con una Asamblea Nacional muy polarizada. De hecho, para contentar al partido ultraderechista Reagrupamiento Nacional, que obtuvo casi el doble de asientos en las elecciones anticipadas del pasado mes de julio, el nuevo Ejecutivo ya ha prometido mantener la línea dura frente a la inmigración irregular, facilitando la detención de migrantes irregulares y endureciendo los controles en frontera.