09 oct 2022
Octavo paquete de sanciones
Los Veintisiete se reunieron la pasada semana en Praga para acordar un nuevo paquete de medidas contra Rusia en respuesta a la anexión ilegal de cuatro regiones ucranianas.
Entre las sanciones aprobadas se encuentran el tope al precio del petróleo conforme a la cifra que decidan las autoridades del G7. Además, se amplía la prohibición de comerciar con las zonas ocupadas en los oblast de Zaporiya y Jersón. Además, los Estados miembro debatieron la posibilidad de poner un tope al precio del gas, el principal responsable de que los precios de la electricidad se encuentren en niveles nunca vistos. No obstante, no hay un consenso entre los países europeos sobre si intervenir el mercado o sobre cómo hacerlo. En primer lugar, habría que conseguir el apoyo de todos los Estados, principalmente Alemania, el socio más reticente a avalar la medida. El canciller alemán Scholz asegura que “intervenir el mercado del gas plantearía dudas sobre la seguridad del suministro”. En otras palabras, limitaría la capacidad de negociación de los Estados para acordar los precios de los contratos de suministro, una cifra que cada uno negocia individualmente y en secreto. Tampoco está claro cuál sería el objeto de la limitación: si aplicarlo solo al precio del gas ruso, ampliarlo al resto de suministradores, imponerlo solo sobre el gas que llega en gasoducto o extenderlo al GNL. Simplemente la idea de intervenir el mercado del gas ha hecho que los precios hayan dado un ligero respiro pese a que aún se encuentran un 200% por encima de lo habitual. Resulta necesario, sin embargo, reconocer el esfuerzo titánico que están haciendo los Veintisiete para hacer frente a la crisis energética provocada por Rusia. La UE ha logrado reducir notablemente la dependencia en el gas ruso y, en estos momentos, tan solo suponen un 7,5% de las importaciones totales del bloque frente al 41% que representaban el año pasado. Además, ha conseguido llenar los inventarios hasta el 90% dos meses antes de lo previsto. Ahora solo queda por conocer si el invierno, como apunta, será más cálido de lo previsto, lo que evitaría una situación de caos energético.