30 may 2021

Posible aumento de la oferta de crudo

Los 23 países productores de crudo que conforman la alianza informal OPEP+ celebrarán el próximo día uno de junio su reunión mensual, en la que decidirán si aumentan o no su producción de crudo.

La evolución de la demanda internacional de crudo está siendo favorable, especialmente en Europa, China y en los EE.UU. conforme va aumentando el porcentaje de población vacunada y se van relajando las restricciones, especialmente en el sector servicios. En los EE.UU, en particular, los stocks nacionales de gasolina no paran de disminuir, en un proceso que irá a más conforme vaya acercándose el verano y, con él, el aumento de los trayectos en coche con motivo de las vacaciones. En la reunión del pasado mes de abril, la OPEP+ fijó un calendario trimestral de aumentos progresivos de la producción. Conforme al mismo, correspondería aumentar ésta última en 350.000 b/d en el mes de junio y, si como parece, la demanda sigue recuperándose, en 400.000 b/d más el próximo mes de julio. Además, Arabia Saudí, que en enero de este año decidió unilateralmente reducir su propia producción en 1 mill. b/d para hacer subir los precios, ha afirmado que tiene intención de ir elevándola por fases. Ya lo hizo en 250.000 b/d el pasado mayo y prevé hacerlo en 350.000 b/d en junio y en 400.000 barriles diarios adicionales en julio. Aunque el aumento de la demanda de crudo no es mundial, ya que hay partes de Asia, en particular la India, y de América Latina donde la pandemia sigue sin estar dominada, la favorable evolución de aquella en Europa, China y los EE.UU. está dando lugar a una fuerte recuperación de los precios internacionales del petróleo, que ya oscilan ─los de variedad “Brent”─ entre los 67-69 $/b. Aunque a ese nivel de precios muchos productores no convencionales estadounidenses son netamente rentables, no es probable que estas compañías incrementen su producción. Sus accionistas quieren que esos fondos sean destinados al pago de dividendos y están dispuestos a castigar en bolsa a aquellas que quieran aumentar sus inversiones. Por ese lado, pues, es probable que no haya que temer un aumento de la oferta de crudo. El mayor peligro, en este sentido, podría provenir de Irán. Las negociaciones para conseguir sentar a los EE.UU. y a la República Islámica con vistas a revitalizar el Acuerdo Nuclear de 2015 están bastante avanzadas, aunque todavía hay muchos flecos sueltos que puedan hacerlas capotar. Si finalmente cuajasen, posiblemente Irán vería levantada algunas de las sanciones de las que es objeto, concretamente la relativa a su producción y exportación de crudo. Debido a las sanciones impuestas por Donald Trump en octubre de 2018, la producción de crudo iraní se vio reducida a 2,1 mill. b/d (frente a casi 4 mill. b/d antes de las mismas), en tanto que la exportación se redujo a apenas 800.000 b/d. Si las sanciones le fuesen levantadas, Irán podría llegar a poner en el mercado unos 2,6 mill. b/d netos, al no estar sujeto a la política de recortes fijada por los países de la OPEP. Esta última podría, entonces, verse obligada a tener que hacer ajustes a la baja en su propia producción para dejar sitio al aumento de la oferta de crudo iraní.

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