Presupuesto austero y defensivo

En efecto, el pasado 26 de enero el gabinete del primer ministro Fumio Kishida presentó al congreso el presupuesto fiscal de 2024. El rápido aumento del gasto militar refleja cambios drásticos en la política de defensa de Tokio y su mayor proactividad en la defensa del Pacifico frente a China. Por otra parte, desde el punto de vista macroeconómico, frenar los grandes déficits presupuestarios sigue siendo uno de los principales objetivos. Para ello, el presupuesto prevé la disminución del gasto general por primera vez en doce años. La razón principal es la caída de las asignaciones a los fondos de contingencia de reserva en cerca de 4 billones de yenes (28.000 mill.$), dado que esos fondos se utilizaron principalmente para combatir la pandemia del covid-19. El principal motor de crecimiento del gasto será el de defensa, que se disparará un 16,2% hasta los 7,9 billones de yenes. Pero más importante que el mero aumento del gasto es el cambio en la orientación de la política de defensa que trasluce el refuerzo de la capacidad ofensiva del ejército, algo que contrasta con la política tradicional de utilizar la fuerza militar sólo para la autodefensa. El plan prevé la introducción de misiles de largo alcance con base en tierra, mar y aire para proteger el territorio nacional y, en caso necesario, alcanzar objetivos en territorio de  China y Corea del Norte. En un plazo de cinco años, el gobierno de Kishida pretende elevar el gasto en defensa a 43 billones de yenes, lo que supone un aumento de más del 50% respecto al plan quinquenal anterior (27,5 billones de yenes).