Protestas populares por los nuevos impuestos

La respuesta policial ha sido brutal, utilizando cañones de agua, gas lacrimógeno y hasta munición real contra los manifestantes, la mayoría muy jóvenes, lo que solo ha valido para agravar las tensiones. Los asistentes piden que no se aprueben los nuevos presupuestos, que incluyen metas de recaudación muy ambiciosas y que han sido elogiados por el FMI e inversores internacionales. El presidente keniata, William Ruto, lleva dos años en el poder aplicando reformas impopulares  para poder hacer frente a la carga de deuda del país, que se había disparado en los años previos. Ante las protestas, el gobierno anunció que retiraría los productos más controvertidos de las nuevas directrices impositivas; no obstante, apenas dos días después, las autoridades avisaron que, de no aprobarse las medidas, se provocaría una brecha de 1.600 mill.$ en el presupuesto. En consecuencia, la enorme mayoría de los parlamentarios votaron a favor de mantenerlas. El descontento popular se explica porque, aunque los datos macroeconómicos del país han mejorado (con un crecimiento del PIB del 5,7 previsto para 2024 y una moneda que ha subido un 20% frente al dólar  desde principios de año), esto aún no se ha traducido en ningún progreso palpable en el nivel de vida de la población.